8 beneficios del ejercicio físico

Con independencia de aquello que nos motiva a hacerlo, llega un buen día en el que decidimos ponernos en forma o, cuanto menos, empezar a hacer deporte. Conocemos sobradamente los beneficios del ejercicio físico. ¿O quizás no?

aprovechar los beneficios del ejercicio físico

Al emprender nuestra nueva rutina deportiva medimos lo que conseguimos a través de la báscula, la cinta métrica, la talla de los pantalones, la imagen que vemos reflejada en el espejo… ¡Hasta los comentarios de la gente son un buen rasero con el que verificar si estamos haciendo las cosas bien!

Afortunadamente, la práctica regular de ejercicio físico es capaz de recompensarnos de muchas formas y una silueta más esbelta solo es una de ellas. ¿Quieres conocer todos los beneficios del ejercicio físico?

Una cuestión de salud

Si algo tenemos claro sobre el ejercicio físico, además de que nos ayuda a conseguir la apariencia que deseamos, es que proporciona beneficios irrefutables sobre nuestra salud. De hecho, la Canadian Medical Association confirma que la práctica regular es útil para la prevención primaria y secundaria de varias enfermedades crónicas (enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, depresión y osteoporosis), mencionando también que existe una relación lineal entre la actividad física y el estado de salud.

Podemos decir, entonces, que la práctica deportiva progresiva y regular no solo es útil para el control del peso o la prevención de enfermedades, también mejora el tono y la fuerza muscular, regula la tensión arterial, incrementa la resistencia física…

Sin embargo, por mucho que te empiecen a seducir estos beneficios del ejercicio físico, aún no lo sabes todo: ¡también mejoran nuestra vida a nivel emocional!

Beneficios del ejercicio físico a nivel psicológico

La actividad física, sin lugar a dudas, incide positivamente sobre nuestro bienestar psíquico. De hecho, si estás en forma y el deporte es parte de tu día a día, ya te habrás dado cuenta.

Si aún no sabes todo lo que te pierdes y necesitas más razones para dejarte convencer, toma nota:

  • Libera endorfinas generadoras de felicidad

Cualquier tipo de ejercicio físico favorece la liberación de endorfinas, un neurotransmisor con efecto analgésico que produce sensación de bienestar (para que te hagas a la idea, también se produce al consumir chocolate, enamorarnos o experimentar un orgasmo).

Gracias a estas endorfinas no solo nos sentimos más felices e incluso eufóricos (¡con ganas de comernos el mundo!) sino que además estamos más animosos y somos capaces de alejar la depresión y la ansiedad, aunque posiblemente intervienen también otros mecanismos psicológicos y biológicos

beneficios psicológicos del ejercicio físico

  • Reduce el estrés y permite descansar mejor

Hacer ejercicio también produce más noradrenalina, una sustancia que parece es capaz de modular a respuesta de nuestro cerebro frente al estrés. ¿Sabes lo que significa eso? En efecto, que un poco de ejercicio diario sirve como válvula de escape y permite liberar las tensiones de la jornada, reduciendo el estrés y mejorando la calidad del descanso (evita, sin embargo, hacer ejercicio antes de ir a dormir o podrías desvelarte y conseguir el efecto contrario).

  • Mejora la autoestima y tus relaciones

Un estilo de vida activo incide de forma beneficiosa sobre nuestra salud y condición física. Pero, ¿qué pasa si añadimos todo lo anterior a la ecuación? Tal y como imaginas: nos vemos mejor y nos sentimos mejor, algo que revierte directamente sobre nuestro autoconcepto (la suma de la autoestima -cuánto te valoras-, la autoimagen -cómo te ves- y el autoideal -cómo te gustaría ser-) y la forma en la que nos relacionamos con el entorno.

  • Previene el deterioro cognitivo y mejora la memoria

Aunque la edad incrementa el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la práctica deportiva desde la juventud previene la degeneración neuronal del hipocampo y se relaciona con un efecto cardioprotector que también reduciría el riesgo de mortalidad por infarto cerebral, por ejemplo.

De igual forma, algunos estudios relacionan el ejercicio físico regular con la mejora de la función cognitiva y el aumento en la producción de las células responsables de la memoria y el aprendizaje. ¡Hay que ponerse las pilas y fomentar el deporte desde la infancia!

  • Incrementa tu productividad y energía

Practicar deporte de forma regular nos mantiene más enérgicos y reduce la sensación de fatiga que sufrimos a lo largo del día. A fin y al cabo, la actividad física favorece el funcionamiento óptimo del sistema cardiovascular y, con él, un transporte más efectivo de oxígeno y nutrientes hacia los tejidos.

Asimismo, el deporte también propicia que las personas sean más productivas que aquellas que llevan un estilo de vida sedentario. ¡Se acabaron las excusas! Hacer ejercicio ya no nos roba espacio en la agenda, nos hace más productivos el resto del tiempo.

beneficios del ejercicio físico sobre las emociones

  • Promueve valores como la disciplina y la confianza

Conseguir lo que nos proponemos y disfrutar de todo lo que conlleva nuestro logro es algo que nos hace sentir muy bien, más cuando ha requerido de esfuerzo, constancia, disciplina… Por ello, el ejercicio físico regular establecido como hábito y objetivo es capaz de reforzar las directrices o valores más fundamentales en nuestra vida, forjando así una mayor confianza en nosotros mismos y en lo que somos capaces de hacer y conseguir.

  • Ayuda a superar la adicción y otros trastornos

Incluso las sesiones cortas de ejercicio físico liberan una serie de sustancias en el cerebro, entre las que se encuentra la dopamina, un neurotransmisor que estimula una respuesta placentera de recompensa, tal y como lo hacen ciertos alimentos, el sexo, las drogas u otros hábitos tóxicos (alcohol, por ejemplo). Gracias a su efecto positivo, el deporte puede representar una opción reconfortante sobre la que sostener el abandono de una adicción, la superación de un Trastorno de la Conducta Alimentaria, de un duelo, etc.

El deporte no solo les proporcionará ese confort, también les permitirá sentirse más esperanzados frente a la recuperación, menos ansiosos y más descansados (ajustando un reloj biológico que se había visto alterado por sustancias nocivas).

  • Aumenta la libido, mejora tu vida sexual

¡Uno de los mejores beneficios del ejercicio físico! Y es que un estilo de vida activo es capaz de dejar atrás toda una serie de retos emocionales que nos alejan de la cama y de nuestra pareja: la fatiga, la falta de autoestima, la desaparición de la libido e incluso los problemas de disfunción eréctil.

Claves para protegerse del estrés

Ahora que nos encontramos de nuevo inmersos en nuestras rutinas laborales, académicas y familiares y cuando, es el momento ideal para abordar un trastorno que afecta a buena parte de los españoles, el estrés.

como estar menos estresado

¿Cómo sufrimos el estrés?

Según el VII Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés”, cuatro de cada diez encuestados (42,1%) se sienten estresados frecuente o continuamente, lo que equivale a casi 12 millones y medio de españoles en edad adulta.

El estrés es una reacción rápida del cuerpo ante una demanda o desafío, que no tiene por qué ser negativa. De hecho, un nivel moderado es normal. El problema surge cuando no contamos con los recursos suficientes para afrontar esta demanda y nos sentimos sobrecargados. Si esta situación se prolonga en el tiempo, nuestra salud física y mental puede acabar deteriorándose.

Sintomas del estrés y la ansiedad

En concreto, los síntomas que más a menudo afectan a los españoles que padecen este trastorno son irritabilidad (46,8%), ansiedad (39,5%) e insomnio (38%), seguidos de dolores de cabeza y musculares (32,2%) y fatiga física (29,9%).

El estrés como ya hemos comentado en otros post, también puede influenciar a la hora de ganar peso.

Los encuestados declaran, además, problemas de concentración y rendimiento (38,6%), haber perdido amigos (4,6%) y haber tenido que renunciar a un empleo (4,3%). Por último, el 1,7% afirma que el estrés ha sido motivo de divorcio o separación y el 1,5%, de despido laboral.

 Claves para superar el estrés

Afortunadamente, existen numerosas formas de combatir este trastorno al alcance de nuestra mano y, casi siempre, más efectivas que tomar medicación. La clave se halla, sobre todo, en aumentar nuestra resistencia al estrés. ¿Cómo conseguir esto? Cuantos más recursos y energía tenga nuestro organismo y más ocupada esté nuestra mente en aspectos positivos, mejor preparados estaremos para afrontar las demandas externas y más resistentes seremos a él.

Teniendo en cuenta sobre todo que las situaciones que más nos afectan son circunstancias de la vida diaria como un atasco o la falta de tiempo, entrenarnos frente al estrés es posible. En realidad, solo necesitamos adquirir los correctos hábitos físicos y emocionales para combatirlo.

El apoyo social en las enfermedades mentales

Aprender a organizar bien tú tiempo y administrar bien tus prioridades te ayudará a tener más control sobre este factor. Pero también hay que buscar tiempo de ocio, con amigos y para el deporte, por supuesto. De acuerdo con los resultados del estudio, las personas que hacen deporte, evitan estilos de vida poco saludables y siguen una alimentación correcta se estresan con menor frecuencia.

 

Fuentes:

VII Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés”

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La rhodiola, aliada imbatible contra el estrés

Crece en las regiones frías del mundo y tiene una bonita flor amarilla, pero la más preciada virtud de la rhodiola rosea no reside en su belleza, sino en su raíz, que posee la capacidad de mejorar el estado de ánimo, mitigar el estrés y aliviar la sensación de fatiga y debilidad.

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Utilizada desde la antigüedad, los resultados de numerosas investigaciones científicas avalan la eficacia de esta planta, que posee propiedades adaptógenas o, dicho en otras palabras, que ayuda a nuestro organismo a adaptarse mental y físicamente a situaciones cambiantes de nuestro entorno o que pueden producirnos un gran estrés como un problema en el trabajo o los estudios o un conflicto familiar.

Por ejemplo, en un estudio realizado en el año 2000, la administración de cien gramos de rhodiola durante veinte días a sesenta estudiantes de entre 17 y 19 años de edad en época de exámenes logró mejorar su actividad mental y física, así como su bienestar general. En 2007, un segundo estudio demostró la eficacia de esta planta para tratar los síntomas de la depresión de leve a moderada.

bienestar emocional

Combate el estrés

Las investigaciones sugieren que las propiedades preventivas del estrés y antidepresivas de la rhodiola se deben a que algunos componentes (la rosavina y el salidrósido) de esta planta presentes en su raíz elevan los niveles de endorfinas en el organismo. Son necesarias al menos 340 mg diarios para obtener dichos beneficios.

Todo indica que esos componentes poseen la capacidad de regular en el cerebro los niveles de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el buen estado anímico, que actúa sobre sistema nervioso simpático –uno de los dos que forman el sistema nervioso autónomo-.

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Durante este proceso, se produce también una disminución de los niveles de cortisol, la conocida como hormona del estrés. Antaño necesaria para la supervivencia, el cortisol ayuda al organismo a obtener más energía y aumenta la actividad del sistema inmunológico cuando se producen situaciones  estresantes. Sin embargo, si su acción se prolonga en el tiempo porque el agente estresor no desaparece, a largo plazo, conduce al organismo a un estado de agotamiento y bajo estado anímico.

En estos casos, como hemos visto, la rhodiola puede convertirse en nuestra mejor aliada, dado que proporciona al organismo un mecanismo de respuesta rápida que permite controlar la reacción aguda en estos periodos de estrés y fatiga.

 

Triptófano, el aminoácido del buen humor

Aunque su nombre nos puede resultar poco familiar de buenas a primeras, el triptófano es un aminoácido –como se conoce a las moléculas que forman las proteínas- clave para sentirnos de buen humor. La razón es que nuestro organismo lo necesita para segregar la serotonina y la melatonina, dos compuestos fundamentales para mantener un óptimo estado de ánimo y poder dormir bien.

Según diversos estudios, la prevalencia actual de los trastornos del ánimo, cada vez más presentes en nuestra sociedad, es del 11,2% en los países desarrollados. Una de las principales causas de estos trastornos es precisamente la disminución de los niveles de serotonina que se produce en nuestro organismo, cuando afrontamos situaciones difíciles o estresantes durante largos periodos de tiempo.

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Dado que la serotonina es un neurotransmisor que, como decíamos, está relacionado con un buen estado anímico y con la correcta inducción del sueño a través de la síntesis de melatonina, su disminución puede provocar síntomas como desánimo, apatía, confusión, angustia, ansiedad, insomnio  y fatiga. Además, un bajo estado de ánimo puede ser un factor de riesgo que precipite o agrave el desarrollo de otros trastornos como la obesidad o la diabetes.

Por tanto, es muy importante prevenir la carencia de triptófano que, por otra parte, se trata de un aminoácido esencial. Esto quiere decir que nuestro organismo no puede sintetizarlo, por lo que debe estar presente en las cantidades adecuadas en nuestra dieta diaria. Alimentos de origen animal como el salmón, los huevos, las ostras y el queso son fuentes de triptófano, al igual que otros alimentos de origen vegetal como la soja, la alubia blanca, las lentejas y los sabrosos pistachos.

Si es necesario, pueden tomarse suplementos alimenticios que lo contengan, aunque esta opción no es recomendable para mujeres embarazadas o en lactancia, personas con insuficiencia renal o que estén siguiendo un tratamiento contra la depresión.