Con independencia de aquello que nos motiva a hacerlo, llega un buen día en el que decidimos ponernos en forma o, cuanto menos, empezar a hacer deporte. Conocemos sobradamente los beneficios del ejercicio físico. ¿O quizás no?
Al emprender nuestra nueva rutina deportiva medimos lo que conseguimos a través de la báscula, la cinta métrica, la talla de los pantalones, la imagen que vemos reflejada en el espejo… ¡Hasta los comentarios de la gente son un buen rasero con el que verificar si estamos haciendo las cosas bien!
Afortunadamente, la práctica regular de ejercicio físico es capaz de recompensarnos de muchas formas y una silueta más esbelta solo es una de ellas. ¿Quieres conocer todos los beneficios del ejercicio físico?
Una cuestión de salud
Si algo tenemos claro sobre el ejercicio físico, además de que nos ayuda a conseguir la apariencia que deseamos, es que proporciona beneficios irrefutables sobre nuestra salud. De hecho, la Canadian Medical Association confirma que la práctica regular es útil para la prevención primaria y secundaria de varias enfermedades crónicas (enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, depresión y osteoporosis), mencionando también que existe una relación lineal entre la actividad física y el estado de salud.
Podemos decir, entonces, que la práctica deportiva progresiva y regular no solo es útil para el control del peso o la prevención de enfermedades, también mejora el tono y la fuerza muscular, regula la tensión arterial, incrementa la resistencia física…
Sin embargo, por mucho que te empiecen a seducir estos beneficios del ejercicio físico, aún no lo sabes todo: ¡también mejoran nuestra vida a nivel emocional!
Beneficios del ejercicio físico a nivel psicológico
La actividad física, sin lugar a dudas, incide positivamente sobre nuestro bienestar psíquico. De hecho, si estás en forma y el deporte es parte de tu día a día, ya te habrás dado cuenta.
Si aún no sabes todo lo que te pierdes y necesitas más razones para dejarte convencer, toma nota:
- Libera endorfinas generadoras de felicidad
Cualquier tipo de ejercicio físico favorece la liberación de endorfinas, un neurotransmisor con efecto analgésico que produce sensación de bienestar (para que te hagas a la idea, también se produce al consumir chocolate, enamorarnos o experimentar un orgasmo).
Gracias a estas endorfinas no solo nos sentimos más felices e incluso eufóricos (¡con ganas de comernos el mundo!) sino que además estamos más animosos y somos capaces de alejar la depresión y la ansiedad, aunque posiblemente intervienen también otros mecanismos psicológicos y biológicos
- Reduce el estrés y permite descansar mejor
Hacer ejercicio también produce más noradrenalina, una sustancia que parece es capaz de modular a respuesta de nuestro cerebro frente al estrés. ¿Sabes lo que significa eso? En efecto, que un poco de ejercicio diario sirve como válvula de escape y permite liberar las tensiones de la jornada, reduciendo el estrés y mejorando la calidad del descanso (evita, sin embargo, hacer ejercicio antes de ir a dormir o podrías desvelarte y conseguir el efecto contrario).
- Mejora la autoestima y tus relaciones
Un estilo de vida activo incide de forma beneficiosa sobre nuestra salud y condición física. Pero, ¿qué pasa si añadimos todo lo anterior a la ecuación? Tal y como imaginas: nos vemos mejor y nos sentimos mejor, algo que revierte directamente sobre nuestro autoconcepto (la suma de la autoestima -cuánto te valoras-, la autoimagen -cómo te ves- y el autoideal -cómo te gustaría ser-) y la forma en la que nos relacionamos con el entorno.
- Previene el deterioro cognitivo y mejora la memoria
Aunque la edad incrementa el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la práctica deportiva desde la juventud previene la degeneración neuronal del hipocampo y se relaciona con un efecto cardioprotector que también reduciría el riesgo de mortalidad por infarto cerebral, por ejemplo.
De igual forma, algunos estudios relacionan el ejercicio físico regular con la mejora de la función cognitiva y el aumento en la producción de las células responsables de la memoria y el aprendizaje. ¡Hay que ponerse las pilas y fomentar el deporte desde la infancia!
- Incrementa tu productividad y energía
Practicar deporte de forma regular nos mantiene más enérgicos y reduce la sensación de fatiga que sufrimos a lo largo del día. A fin y al cabo, la actividad física favorece el funcionamiento óptimo del sistema cardiovascular y, con él, un transporte más efectivo de oxígeno y nutrientes hacia los tejidos.
Asimismo, el deporte también propicia que las personas sean más productivas que aquellas que llevan un estilo de vida sedentario. ¡Se acabaron las excusas! Hacer ejercicio ya no nos roba espacio en la agenda, nos hace más productivos el resto del tiempo.
- Promueve valores como la disciplina y la confianza
Conseguir lo que nos proponemos y disfrutar de todo lo que conlleva nuestro logro es algo que nos hace sentir muy bien, más cuando ha requerido de esfuerzo, constancia, disciplina… Por ello, el ejercicio físico regular establecido como hábito y objetivo es capaz de reforzar las directrices o valores más fundamentales en nuestra vida, forjando así una mayor confianza en nosotros mismos y en lo que somos capaces de hacer y conseguir.
- Ayuda a superar la adicción y otros trastornos
Incluso las sesiones cortas de ejercicio físico liberan una serie de sustancias en el cerebro, entre las que se encuentra la dopamina, un neurotransmisor que estimula una respuesta placentera de recompensa, tal y como lo hacen ciertos alimentos, el sexo, las drogas u otros hábitos tóxicos (alcohol, por ejemplo). Gracias a su efecto positivo, el deporte puede representar una opción reconfortante sobre la que sostener el abandono de una adicción, la superación de un Trastorno de la Conducta Alimentaria, de un duelo, etc.
El deporte no solo les proporcionará ese confort, también les permitirá sentirse más esperanzados frente a la recuperación, menos ansiosos y más descansados (ajustando un reloj biológico que se había visto alterado por sustancias nocivas).
- Aumenta la libido, mejora tu vida sexual
¡Uno de los mejores beneficios del ejercicio físico! Y es que un estilo de vida activo es capaz de dejar atrás toda una serie de retos emocionales que nos alejan de la cama y de nuestra pareja: la fatiga, la falta de autoestima, la desaparición de la libido e incluso los problemas de disfunción eréctil.
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