Hoy, continuando con nuestro repaso a los minerales, vamos a conocer un poco más a fondo el yodo. Aunque es posiblemente uno de los que nos resulten más familiares, porque a menudo lo tomamos mezclado con la sal, su principal función no resulta tan conocida: se trata de un mineral esencial para la maduración de la tiroides y para la formación de la hormona tiroidea que segrega esta glándula.
Al igual que el hierro, se trata de un micromineral, lo que quiere decir que se encuentra presente en nuestro cuerpo en cantidades muy pequeñas. En concreto, el cuerpo de un adulto contiene un promedio de unos veinte a cincuenta miligramos de yodo (I), la mayor parte de las cuales se encuentran en la glándula tiroides.
Aunque está presente en productos marinos como los pescados de mar, los crustáceos y el aceite de hígado de bacalao y la leche, en el mundo hay quinientos millones de personas que sufren déficit de este mineral. Esta carencia puede causar serios problemas a la salud como, por ejemplo, el bocio, una enfermedad que produce la hipertrofia o crecimiento desmesurado de la tiroides. Para evitar desarrollar esta patología, resulta recomendable tomar la sal mezclada con yodo, aunque siempre con moderación.
El yodo, importante durante el embarazo
Otra posible consecuencia del déficit de yodo en nuestro organismo es sufrir problemas en el desarrollo intelectual y disminución de la capacidad mental. En concreto, la carencia de yodo durante el embarazo puede provocar cretinismo, retraso mental y otros problemas en el niño que pueden llegar a ser permanentes.
Por este motivo, las mujeres embarazadas deben estar seguras de que ingieren la cantidad necesaria de yodo, que en su caso es de ciento setenta y cinco microgramos al día. Durante la lactancia, esta dosis debe incrementarse a los doscientos diarios. Los niños menores de tres años, en cambio, deben tomar ochenta microgramos al día y, a partir de esa edad, entre noventa y ciento veinte.
Para los adultos y personas mayores –sean hombres o mujeres-, ingerir ciento cincuenta microgramos de yodo al día garantizará el correcto funcionamiento del organismo.