Beneficios de las vitaminas

¿Para qué sirven las vitaminas?

Aportarnos salud y vitalidad, esa es la misión de las vitaminas. Deben su nombre al  bioquímico estadounidense Cassimir Funk que hace ciento cinco años acuñó el término. Cada una de ellas desempeña una función (o varias) fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo. De ahí la importancia de una alimentación variada y equilibrada, que nos garantice el aporte de estos micronutrientes.

fuente vitaminas

Por desgracia, los malos hábitos como ingerir comida basura o demasiado grasa o factores como la falta de tiempo y el estrés no ayudan a seguir una alimentación sana.

La dieta mediterránea aporta a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para el bienestar de nuestro organismo.

En nuestro país, las principales deficiencias están relacionadas con las vitaminas liposolubles (A, D y K), así como el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B12 (esta, sobre todo en personas mayores). No contar con la suficiente cantidad de cada una de ellas puede producir diversos síntomas y dolencias.

En nuestro país, las principales deficiencias están relacionadas, entre otras, con las vitaminas liposolubles (A, D y K), así como el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B12 (esta, sobre todo en personas mayores o personas con dietas veganas sin suplementar, o acompañando a diversas patologías fundamentalmente gastrointestinales). No contar con la suficiente cantidad de cada una de ellas puede producir diversos síntomas y dolencias.

 

Vitamina A, para la vista

La carencia de vitamina A puede provocar alteraciones oculares como el ojo seco  -incluso en estadíos avanzados, ceguera- alteraciones en la piel (acné)e infecciones pulmonares. Pueden aparecer con menor frecuencia otras manifestaciones asociadas a alteraciones, del gusto y del oído.

Vitamina A ayuda a la salud ocular

Vitamina D, para fortalecer los huesos

Por otra parte, diversos estudios científicos señalan que un 30% de los jóvenes sufre carencia de vitamina D, porcentaje que aumenta al 50-70% en las personas mayores. Estos pueden sufrir problemas para absorber el calcio y, con el tiempo, padecer osteoporosis. En los niños, da lugar al raquitismo y puede producir, entre otros síntomas, un estancamiento del crecimiento, letargo e irritabilidad. Además, provoca una mayor predisposición a las infecciones respiratorias durante los primeros meses de vida.

Vitamina K, para una buena coagulación

La carencia de vitamina K –de la que, según  la revista  British Medical Journal, la población española adulta es deficitaria- produce problemas de coagulación. Es decir, que puede prolongar de manera peligrosa el tiempo que dura una hemorragia o dar lugar a sangrados espontáneos.

Vitamina B9 y B12, para el corazón

Si las que faltan son las vitaminas B9 y B12, existe un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos intestinales y diarrea, irritabilidad y trastornos de la memoria. Otros posibles síntomas son diferentes tipos de anemia y, también, falta de apetito, debilidad y una mayor propensión a las infecciones.

Para evitar estos problemas de salud, como hemos dicho, deberíamos seguir la dieta mediterránea en las proporciones que indica la pirámide, consúltala en este post. Si a esta alimentación correcta, sumamos practicar deporte regularmente y evitar el tabaco y el alcohol, prevendremos cualquier carencia de vitaminas.

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Vitamina C, antioxidante y desintoxicante

Si hace unas semanas conocimos a fondo la vitamina A, hoy descubriremos la C, también conocida como ácido ascórbico. Se trata de un micronutriente fundamental por su función antioxidante y desintoxicante, así como por su papel en la formación del colágeno. A diferencia de la vitamina A, es hidrosoluble, lo que quiere decir que, al disolverse con facilidad en el agua y eliminarse con la orina, no queda almacenada en nuestro organismo.

Las madnarina son fuente de Vitamina C

Por este motivo, es fundamental que nuestra dieta garantice un aporte regular y suficiente de esta vitamina, presente en diversos alimentos de origen animal y  vegetal. Por ejemplo, la podamos encontrar en la leche, así como en los cítricos como la mandarina y el kiwi, los frutos del bosque y las verduras frescas, especialmente las patatas, el brócoli y los pimientos. A veces, incluso, lo encontraremos añadido como conservante (E300 y E304) en alimentos como el pan y algunos aceites y carnes.

También es importante saber que la vitamina C es muy sensible a la luz, la temperatura y el oxígeno, por lo que puede perderse en las verduras durante el proceso de cocción. Por este motivo, deberíamos consumirlas frescas con toda la frecuencia que podamos.

El brcoli puede aportar vitamina c a nuestro organismo

Por eso es tan importante proveer a nuestro organismo de cantidades regulares de vitamina C. En concreto, la ingesta diaria recomendada por los nutricionistas es de 30 a 45 miligramos en niños, de 60 miligramos en adultos, de 70 en ancianos y de 80 y 100 miligramos durante el embarazo y la lactancia respectivamente.

Como hemos dicho, la vitamina C contribuye a la formación del colágeno, proteína necesaria para la formación de músculos y huesos, así como a la cicatrización de heridas.

Influye también en la formación de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a los tejidos, y favorece la absorción del hierro procedente de los alimentos de origen vegetal en el intestino.

También ayuda al correcto desarrollo de la fuerza muscular y, gracias a  sus propiedades antioxidantes, juega un importante papel en la prevención de las cataratas, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades degenerativas.

Los pimientos son fuentes de vitamina c,  antioxidante

Es decir, se trata de un micronutriente fundamental para nuestro bienestar. Su déficit suele producir irritación, cansancio y dolor en las articulaciones.

Sobre todo, deben asegurarse de que toman suficiente vitamina C los fumadores, que corren especial riesgo de sufrir carencias de este micronutriente, al igual que las personas que ya sufren déficit de otras vitaminas.

 

Fotos: Pixabay (mandarinas, brocoli, pimientos)

Micronutrientes esenciales: las vitaminas

Las vitaminas se definen como micronutrientes esenciales necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.

Fueron descubiertas hace 104 años por el bioquímico estadounidense Cassimir Funk quien estudió su estructura y observó que compartían un grupo amina (excepto la vitamina C) que  son esenciales para la vida,  por eso acuñó el nombre de Vit-amina. Aunque nunca recibió el premio Nobel, si que inspiró, gracias a su descubrimiento, a otros 15 premios nobel que investigaron sobre las vitaminas. Poco más tarde, Sir Jack Cecil Drummond combinó las letras del alfabeto a las vitaminas, por eso se conocen como vitamina A, B,C y así, sucesivamente. Desde entonces no se han descubierto nuevas vitaminas, siendo 13 las actualmente definidas.

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Las vitaminas tienen funciones importantes en nuestro organismo y su déficit puede originar diversos problemas. Si bien es cierto que una nutrición variada y equilibrada aporta todas las vitaminas necesarias, esta máxima no siempre se cumple debido a posibles factores externos que afectan a su asimilación como el stress, la mala alimentación, los malos hábitos o en situaciones concretas y temporales como las siguientes circunstancias en las que puede existir déficit o es posible que las necesidades sean mayores: dietas vegetarianas, embarazadas, mujeres en periodo de lactancia, personas que se someten a dietas muy restrictivas e hipocalóricas, personas con mala situación económica (malnutrición), obesos (desnutrición oculta), deportistas que practican su deporte en sitios cerrados, polimedicados, tabaquismo o alcohol.

En España las principales deficiencias se centran en las vitaminas liposolubles (A, D y K) y también en el ácido fólico (vitamina B9) y de vitamina B12 (ésta sobre todo en personas mayores).

Los síntomas de las deficiencias de estas vitaminas son los siguientes:

  • Déficit de vitamina A, ojo seco, susceptibilidad de infecciones, piel seca.
  • Déficit de vitamina D, problemas en la absorción de calcio, osteoporosis.
  • Déficit de vitamina K, problemas de coagulación.
  • Déficit de vitamina B9 y B12, riesgo de enfermedades cardiovasculares, astenia, susceptibilidad a infecciones.

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Los alimentos donde puedes encontrar mayor cantidad de estos micronutrientes son en los vegetales de hoja verde, frutas, verduras y cereales integrales. 

Sigue una dieta mediterránea, haz deporte y evita el tabaco y el alcohol. Estas opciones son las recomendaciones básicas para no tener déficit vitamínico.