Deporte en la tercera edad

Hoy toca el turno de comentar la vida activa en la tercera edad, y aplicar la pirámide de actividad física que hemos visto en entradas anteriores (niños y adultos) a nuestros mayores.

En esta pirámide obtenida en esta fabulosa guía de la Comunidad de Madrid que recomiendo leerse, se ofrecen las diferentes actividades deportivas que se le aconsejan a una persona mayor, así como recomendaciones básicas y sencillas sobre diferentes tipos de ejercicio, dependiendo de la capacidad de la persona, de su estado de salud, de su grado de dependencia y demás factores. Además, se dan medidas para disfrutar de la actividad física y de cómo adaptarla a las condiciones de cada uno.

actividad física en la tercera edad

Fundamentalmente se recomiendan:

  • Ejercicios para aumentar la fuerza muscular: durante dos días consecutivos a la semana hacer pesas, agachadillas, abdominales, ejercicios de levantarse-sentarse de una silla. Mejoraremos nuestra fuerza muscular y tendremos menos riesgo de caídas y por lo tanto de lesiones.
  • Ejercicios aeróbicos: andar, correr, nadar durante 30 minutos al menos al día. Mejoraremos nuestra tensión, colesterol peso etc.
  • Ejercicios de flexibilidad y  de equilibrio: necesarios para nuestras articulaciones como caminar afianzando el talón, sostenerse sobre un pie y luego sobre el otro, levantarse y sentarse en una silla sin utilizar los brazos, andar de puntillas etc

Y, en líneas generales, por supuesto sigue estos consejos:

  • Empezar poco a poco.
  • Procura llevar ropa y calzado cómodo.
  • Evitar situaciones extremas de frío o calor.
  • Beber agua para reponer líquidos.
  • Abandona la actividad si aparece dolor en el pecho, respiración jadeante, mareo, dolor de cabeza o calambres musculares.

Introducir de modo fácil y divertido la actividad física en nuestra rutina cotidiana puede convertirse en un acto placentero y lleno de vida y salud.

Ya sabéis, ¡todos a moverse!

Pautas para una vida activa

Tras comentar ayer las recomendaciones de ejercicios físico para los niños, hoy dedicamos este segundo post sobre ejercicio físico a las recomendaciones de vida activa para adultos. En la imagen inferior puedes ver la pirámide adaptada de varias guías españolas y europeas y realizada por el Hospital San Joan de Deu de Barcelona.

piramide vida activa

En la guía se recomiendan pautas de vida activa para realizar de forma diaria: caminar a pie –a ser posible rutas largas-, ayudar en las tareas de la casa, sacar a pasear a la mascota, subir escaleras en lugar de coger el ascensor, bajarse del autobús dos paradas antes para andar más, etc.

Como ves en el segundo escalón de la pirámide, el ejercicio aeróbico resulta fundamental y se debe realizar entre 3 y 5 veces a la semana durante al menos 20-30 minutos diarios. Actividades que pueden servirnos son: caminar rápido, esquiar, ir en bicicleta, nadar, jugar a fútbol, baloncesto, baile, tenis, etc.

Los ejercicios de flexibilidad y fuerza deben realizarse entre 2 y 3 veces a la semana: aquí se incluyen disciplinas como el pilates, yoga, estiramientos, bolos, pesas, jardinería, cuidar del huerto, etc.

Y finalmente, en la parte alta de la pirámide debemos evitar, en nuestro tiempo de ocio, estar muchas horas parados –algunos de nosotros bastante lo estamos ya en el trabajo, ¿verdad?-.  Así, cuando llegues a casa,, sigue las recomendaciones que se indican y seguro que tu salud y tus relaciones sociales mejoran. Además, te encontrarás más fuerte y rendirás más en tus actividades diarias, lo que aumenta la autoestima y valía personal. Compruébalo por ti mismo.

Concluyo diciéndote que la actividad física tiene un efecto tanto preventivo como terapéutico, y que las evidencias científicas que confirman este impacto beneficioso de la actividad física sobre la salud son simplemente abrumadoras.

La nutrición en la tercera edad

Jean- Jacques Rousseau decía que “La juventud es la etapa de estudio de la sabiduría y la vejez el momento de practicarla”. Una sociedad donde prima la belleza de la juventud y deja de lado a nuestros mayores tiene el riesgo de olvidarse de aquellos que también fueron jóvenes. Un estudio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos Españoles señala cifras verdaderamente preocupantes, ya que el 22,1% de nuestros mayores de 65 años están en riesgo de desnutrición, un dato que asciende hasta el 30% en institucionalizados y hospitalizados. Ver aquí el estudio (página 32).

La actual crisis económica, los problemas de salud de esta etapa de la vida, la soledad, la depresión, la administración de medicamentos que disminuyen el apetito (fármacos para el corazón, antidepresivos, antiinflamatorios, etc.) o de otros que disminuyen la absorción de alimentos (antiácidos, antiinflamatorios, antidepresivos, corticoides, etc.) y otros factores son los culpables de que sea un colectivo vulnerable para la malnutrición.

nutrición en la tercera edad

En general, la persona mayor necesita un menor aporte calórico debido a que su actividad física y muscular es menor. Sin embargo, el porcentaje de nutrientes necesarios, y que podemos encontrar en la dieta mediterránea, es similar a la del adulto.

Es importante resaltar que en la persona mayor los déficits nutricionales se dan en micronutrientes como el calcio, fósforo, vitamina D, B1, B12, ácido fólico, potasio, zinc, hierro y vitamina C.

Por lo tanto, la dieta mediterránea y el ejercicio físico adaptado a la edad y posibilidades de cada uno son las armas para luchar contra la desnutrición, la depresión, las caídas, la pérdida de autonomía y por ende, aumentar la esperanza de vida.

En próximas entradas, os daremos pautas más específicas para este grupo de edad.