Tenía ganas de publicar esta entrada para hablar sobre uno de los alimentos estrella de nuestra dieta, las legumbres. Os confieso que debido a mi procedencia geográfica soy un enamorado de las alubias, los guisantes, los garbanzos, las habas, las lentejas y cualquier otro tipo de legumbre.
Si dejamos de lado momentáneamente mis particulares gustos culinarios, lo más recomendable es tomar entre dos y cuatro raciones a la semana. Este tipo de alimentos suministra una importante dosis de hidratos de carbono, proteínas, fibra, vitaminas del grupo B, minerales como el calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo y hierro, y de fibra, en gran parte soluble.
Están especialmente recomendadas para prevenir el cáncer de colon y mantener el colesterol a raya, porque no tienen casi grasa y ésta, además, es insaturada, que como vimos la semana pasada, son muy beneficiosas. Además, como contienen hidratos de carbono de absorción lenta, proporcionan energía de forma paulatina y duradera.
Si además las combinas con cereales, por ejemplo: arroz con lentejas o potaje con pan, los aminoácidos de ambos alimentos se complementan y el resultado es una proteína de calidad óptima.
Para acabar, como son tan beneficiosas, debemos esforzarnos por consumirlas durante todo el año, no sólo en invierno. Como sugerencia, os aconsejo añadirlas a las ensaladas veraniegas. Seguro que pronto publicamos alguna receta en nuestra sección de Cocina Saludable.
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