Consejos y claves sobre el Síndrome Premenstrual

El síndrome premenstrual (SPM) hace la vida muy difícil a muchas mujeres, ya que es capaz de alterar seriamente la rutina diaria y reducir la calidad de vida de quien lo padece. Aun así, este trastorno se trivializa hasta el punto de que los pocos estudios realizados hasta la fecha sobre él proceden principalmente de la psiquiatría, aunque se trate de un trastorno relacionado con el área de la ginecología.

El término abarca una gran variabilidad de sintomatología y no existe un consenso claro en su definición aunque podemos apuntar que los síntomas más habituales del SPM son tantos físicos como psicológicos y tienen lugar entre la ovulación y la regla de cada ciclo. Entre los primeros, los más frecuentes son tensión en las mamas, hinchazón de cara, manos y abdomen, acné, dolor de cabeza, aumento del apetito con antojo de ciertos alimentos como dulces, cambios en el ritmo del sueño y estreñimiento o diarrea.

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Entre las alteraciones psicológicas y emocionales, son comunes cambios de humor, tristeza, sensación de fatiga, dificultad para concentrarse, ansiedad e irritabilidad.

El tipo de síntomas varía de una mujer a otra y de un ciclo a otro, también en intensidad, ya que en algunas personas pueden ser desde leves y, en otras, llegar a ser incapacitantes. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), ocho de cada diez mujeres sufren el síndrome premenstrual, que puede dificultar llevar una vida normal al 10% de la población femenina.

Aunque este trastorno puede aparecer a cualquier edad tras la llegada de la primera menstruación, suele ser más frecuente conforme la mujer se acerca a la treintena. De los 30 a los 40 años, su incidencia alcanza el pico máximo.

Los cambios  hormonales, en el origen del SPM

Hasta el momento, no se ha logrado averiguar la causa exacta del síndrome premenstrual, aunque sí se han identificado varios factores que influyen. Se cree que los cambios hormonales que ocurren naturalmente durante el ciclo menstrual, regulado por las hormonas sexuales femeninas, principalmente el estrógeno y la progesterona, desencadenan los síntomas típicos.

Ello posiblemente es debido a un conjunto de factores físicos, psicológicos y sociales que interactúan con situaciones de la vida diaria. También, es posible que el desencadenamiento sea fruto de la respuesta del organismo a esas variaciones naturales de las hormonas ováricas y que alteren el equilibrio de unas sustancias del cerebro conocidas como neurotransmisores y que regulan nuestro estado de ánimo.

Además, se han mencionado otros factores vinculados a este síndrome, como por ejemplo, los genéticos o hereditarios. Por ejemplo, los estudios apuntan a que este trastorno es más frecuente en mujeres cuyas madres lo sufrieron también. También los problemas emocionales y el estrés elevado parecen empeorar los síntomas, así como posibles desórdenes anímicos de la mujer, su nivel de ansiedad y una historia médica previa de depresiones.

Aunque no se ha podido comprobar, el síndrome premenstrual podría estar vinculado igualmente a una alimentación inadecuada; concretamente, al déficit de nutrientes como la vitamina B6, ácidos grasos esenciales u oligoelementos.

Por último, la suspensión de la toma de la píldora anticonceptiva o el nacimiento de un bebé pueden estar ligados también a la aparición del síndrome. Según la Oficina para la Salud de la Mujer de EEUU, el SPM es más frecuente en las mujeres que tienen al menos un hijo.

Consejos para mitigar los síntomas del síndrome premenstrual

Si los síntomas son importantes, es conveniente consultar al médico o ginecólogo, que estudiará si se precisa tratamiento farmacológico (antitinflamatorios, anticonceptivos, diuréticos…) y cuál es el adecuado para cada caso. No hay que olvidar que los síntomas pueden tener gran variabilidad de unas mujeres a otras y la intensidad o la limitación de la vida diaria que éstos provocan también pueden ser muy diferentes.

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Pero en otras mujeres, es suficiente con adoptar algunos hábitos saludables para aliviar los síntomas más habituales de este trastorno. Entre estas recomendaciones, podemos destacar los siguientes:

  • Cuida tu alimentación. Sigue una dieta variada y equilibrada, rica en frutas, verduras y cereales integrales. Además, consumir poca sal te ayudará a evitar la hinchazón, mientras que reducir el azúcar puede contribuir a regular tu energía y apetito. También disminuir la ingesta de una sustancia llamada metilxantina, presente en café, té, colas y chocolate, reduce las molestias en la mama.

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  • Haz ejercicio físico de manera regular. Practicar algún deporte regularmente, y no solo durante los días en que se sufre el síndrome, puede ser muy beneficioso a nivel general, ya que aumentan los niveles de neurotransmisores como la serotonina y se reduce la intensidad de los síntomas. Es especialmente recomendable el ejercicio de tipo aeróbico.
  • Duerme lo suficiente. Descansar bien es esencial, dado que el síndrome premenstrual puede afectar a tus patrones de sueño durante esos días. Intenta dormir al menos ocho horas diarias y, si sufres ansiedad o irritabilidad, puedes aprender técnicas de relajación (meditación, ejercicios de respiración…) o llevar a cabo actividades que te calmen como leer o escuchar música.
  • Busca formas sanas de combatir el estrés. Ya que este agrava los síntomas, puedes aprender a controlarlo con técnicas de relajación muscular y respiración abdominal. También la práctica de yoga u otras disciplinas similares pueden ser muy útiles. Si lo necesitas, regálate un masaje. Así mismo, evita situaciones que te creen tensión y tómate las cosas con toda la calma que puedas.
  • Recurrir a los suplementos. Puedes consultar con tu farmacéutico la posibilidad de tomar complejos de vitaminas o minerales, así como recurrir a plantas que hayan demostrado algún nivel de evidencia en ensayos clínicos. Por ejemplo, al fruto del se le atribuyen cualidades que podrían ayudar a mitigar  diversos síntomas del síndrome premenstrual, como por ejemplo el dolor mamario. Su uso parece  seguro, aunque se han descrito algunos efectos secundarios como náuseas, dolor abdominal, picores o erupciones en la piel, entre otros. No está recomendado si se toman anticonceptivos, así como durante el embarazo y lactancia y antes de los 18 años, y en caso de presentar algunas condiciones médicas. Siempre hay que consultar al médico antes de recurrir a este tipo de alternativas y más en caso de estar tomando otros fármacos o padecer otras enfermedades.

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  • Haz partícipe a tu familia y amigos de cómo te sientes. Saber que las personas cercanas o que conviven contigo comprenden qué estás atravesando te ayudará a sentirte más tranquila y a reducir el sentimiento de culpabilidad que acompaña a algunos de los síntomas del SPM.

 

 

Consejos para la transición a la menopausia

La transición del periodo reproductivo al no reproductivo en la vida de la mujer se inicia unos 10 años antes del cese definitivo de las menstruaciones, es decir, alrededor de los 40 años.

Durante este periodo, la mayoría de las mujeres pueden experimentar una serie de síntomas como ciclos irregulares; reglas más largas y abundantes; primeros sofocos y sudores nocturnos; sequedad en la piel y mucosas (también en la vagina); cambio en la distribución de la masa corporal; alteraciones del sueño; cambios de humor; ansiedad o pérdida de la capacidad de atención.consejos para la transición a la menopausia

La FSH (hormona folículo estimulante) es una hormona que participa en la producción de los óvulos. Durante la etapa fértil de la mujer, los niveles de FSH aumentan durante la primera parte del ciclo menstrual hasta que se produce la ovulación. Después, dichos niveles descienden y se normalizan, hasta que se produce la menstruación, y vuelven a aumentar en el siguiente ciclo y así sucesivamente.

Sin embargo, cuando se acerca la menopausia, la FSH alcanza niveles más elevados porque los ovarios tienen más dificultad de producir óvulos. Esto se debe a que el organismo reacciona produciendo más FSH para estimular la producción de óvulos.

Comprobar el nivel de FSH puede ayudar a determinar si se ha entrado en fase de transición a la menopausia y le permitirá a la mujer estar mejor informada acerca de su estado de salud cuando vaya a ver a su médico.

Si eres mujer y estás en esta edad, pregunta a tu farmacéutico sobre la posibilidad de conocer tus niveles de FSH. Saberlos te hará conocedora de si síntomas como ciclos irregulares, cambios de humor, primeros sofocos, sequedad vaginal y/o de la piel y problemas para dormir tienen que ver con el inicio de la transición a la menopausia. Esta información te ayudará a tomar las medidas necesarias para mantener tu organismo en un estado saludable, con el fin de, cuando llegue la menopausia, defenderte mejor de los riesgos asociados, como pueden ser la osteoporosis, hipertensión arterial, colesterol y otros trastornos.

En post anteriores os recomendábamos una serie de consejos nutricionales para mejorar la calidad de vida durante esta etapa, por ejemplo en cuestión de piel, o para la retención de líquidos.

Como ejemplo, hoy te proponemos un ejemplo de dieta para esta etapa.

Desayuno: un lácteo, una ración de cereales (pan, galletas, cereales de desayuno, bollería casera, etc.) y una ración de frutas (una pieza de cualquier fruta o zumo natural).

Almuerzo y merienda: elige fruta, lácteos o bocadillos de pan preparados en casa.

Comida:

  •  Primer plato: arroz, legumbres, pasta y sopas, ensaladas o verduras.
  • Segundo plato: huevos, carne y pescado, que puedan acompañarse con ensalada, verduras, guisantes o patatas.
  • Postre: incluye una fruta, alterna con productos lácteos sencillos (yogur, cuajada, queso, etc.)

Cena: sopas, verduras, pescado. Después de cenar, un yogur o un vaso de leche.

Bebida recomendable: agua.

Aliñar los platos con aceite de oliva y no condimentar con sal.

 

Fuentes:

Abordaje de la menopausia. Inf Ter Sist Nac Salud 2003; 27: 105-114.

Menopause and menopause transition. Med Clin N Am 2008; 92: 1253–1271.

NIH State of the Science Panel. National institutes of Health State of the Science Conference Statement: Management of Menopause Related Symptoms. Ann Intern Med. 2005;142(12pt1):1003-13.

Godino Prieto M. Consejo farmacéutico en la menopausia. Aula de la farmacia 2006;10:38-44.