La verdad es que si hay algo que apetece al llegar el otoño, son las legumbres.
Tal y como vimos en el post titulado “Las legumbres, un alimento estrella”, son de uno de los grandes tesoros de nuestra gastronomía y, como veremos, aportan múltiples beneficios a nuestra salud.
Hoy nos vamos a centrar en las lentejas.
Actualmente, nuestro país es, junto con Estados Unidos y Turquía, uno de los mayores productores de lentejas del mundo, así que podemos disfrutar de ellas, en todas sus variedades, e incluirlas en nuestra cesta de la compra por un precio bastante asequible.
Como decimos, las lentejas poseen un valor nutricional muy alto entre los que destacan los hidratos de carbono de absorción lenta.
Además, son una fuente de proteínas vegetales.
Aporta también fibra, lo que ayuda a que sean un plato completo, con poder saciante y capaz de regular los niveles de colesterol y de azúcar en sangre.
Aunque son conocidas por su aporte en hierro, este se absorbe de forma más deficitaria que el hierro procedente de otros alimentos como la carne. Para aumentar el poder de absorción del hierro, conviene tomarlas junto con alimentos ricos en vitamina C, que potencia la absorción de este mineral.
En cualquier caso, constituyen un alimento que puede ayudarnos para regular el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento.
Aportan nutrientes como el fósforo, potasio, calcio, zinc, magnesio y selenio, convirtiéndose en una fuente de minerales extraordinaria con un poder además, antioxidante que nos ayudará a luchar contra los radicales libres.
Contienen también folato, se transforma en ácido fólico, muy recomendable sobre todo en el caso de mujeres embarazadas.
Una buena combinación puede ser juntar las lentejas con arroz, un plato bastante típico de nuestra gastronomía, ya que le aporta metionina, un aminoácido que enriquece las proteínas que ya, de por sí, contienen.