El azúcar. Mucho se ha escrito en los últimos años sobre este nutriente. Existen voces autorizadas, tanto a favor como en contra de su uso. Esto ha originado una confusión importante en el consumidor. Es cierto que la pregunta no tiene una respuesta fácil pero intentaré aclarar unos conceptos y expondré mi humilde opinión como profesional sanitario.
Nuestro organismo utiliza el azúcar como fuente de energía; gracias a una hormona que se encuentra en el páncreas que se llama insulina, se introduce el azúcar en nuestras células. El problema radica en que un consumo excesivo “hace trabajar” demasiado al páncreas, generándose picos de insulina que pueden provocar resistencia a producir más insulina y, por tanto, un aumento del azúcar en sangre. Así, se originan la diabetes y otras consecuencias devastadoras en la salud si ese azúcar no se “controla”. Además, debido al sabor dulce del azúcar, hace que no nos saciemos y que ingeramos una gran cantidad de calorías.
Algunos especialistas de nutrición lo consideran el mayor culpable frente a la obesidad, mientras otros señalan que no es el único responsable. Además, las autoridades sanitarias y, en este caso la OMS, ya ha publicado recientemente las cantidades diarias recomendadas, que indican que no debemos sobrepasar los 25 gramos diarios de azúcar añadidos a productos de consumo (aquí se excluyen frutas y alimentos naturales). ¿Y esto es mucho o poco?
En España hay estudios que señalan que el consumo diario está en torno a los 112 gramos diarios, lo que suponen 3 toneladas de azúcares a lo largo de una vida. Considero que sí, que es mucho. Está claro que el azúcar por sí solo no es el culpable y que otros elementos como el sedentarismo, el estrés y el consumo de grasas saturadas contribuyen junto al exceso de azúcar a que haya en el mundo más de 1000 millones de personas con sobrepeso y obesidad y más de 500 millones con diabetes.
Pero no está de más disminuir su ingesta, ya que ganaremos en salud. Por eso, algunas de las recomendaciones como profesional sanitario que te aconsejo son las siguientes:
- Disminuye la ingesta de bebidas azucaradas y sustitúyelas por la única bebida hidratante de verdad, que es el agua.
- Disminuye las ‘chuches’ que le das a tus hijos, además disminuirás el riesgo de caries si así lo haces.
- Consume más cantidad de alimentos integrales: pan, pasta, arroz integrales…
- Lee el etiquetado de los alimentos procesados que compres y mira las cantidades de azúcar y recuerda que no deberías de superar a los 25 gramos que dice la OMS o a los 50 que dicen otros organismos.
- Disfruta del sabor del café y del te sin azúcar.
- Cuando hagas postres caseros no abuses del azúcar y sustitúyelos por edulcorantes, mejor si son de origen natural.