Acidez de estómago, remedios para hacerle frente

Cuántas veces hemos esperado durante semanas una gran comilona -una cena con amigos, una celebración familiar, una boda…- y, cuando ha llegado el ansiado momento, ha hecho su aparición estelar la acidez de estómago.

Esta suele presentarse como una sensación de calor o quemazón intensa que se localiza en la zona comprendida entre la garganta y el estómago. Este ardor puede durar solo unos minutos o prolongarse durante varias horas.

acidez de estómago

Aunque en principio y de forma aislada no se trata de un trastorno grave, sí es muy común. De hecho, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), es una de las molestias digestivas más frecuentes, que el 30% de españoles sufre una vez a la semana –en cambio, si se produce en dos o más ocasiones, deberíamos considerarlo como un síntoma de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)-. 

Cuáles son las causas del ardor de estómago

La acidez de estómago se produce habitualmente  cuando una banda de músculos que tenemos al final del esófago no se cierra bien. Esta banda, que se llama esfínter esofágico inferior, normalmente impide que el alimento que ha entrado en el estómago pueda regresar al esófago. Pero, como en este caso no se cierra del todo, los contenidos estomacales vuelven a él.

causas ardor de estómago

Este reflujo es el que crea esa sensación de ardor que se siente cerca del corazón, detrás del esternón,  y que se ve aumentada por el hecho de que el esófago no está protegido frente al ácido que el estómago produce para que podamos digerir la comida. Mientras que este último, aparte de otros mecanismos, cuenta con un recubrimiento mucoso que lo protege, el esófago está expuesto directamente a la acción de este ácido.

La acidez gástrica aparece con mayor frecuencia en personas con exceso de peso, en mayores de 55 años y, en ocasiones, en mujeres embarazadas. También pueden desencadenarla las comidas copiosas -sobre todo, si incluyen alimentos grasos y/o picantes-, u otros como los cítricos, cebollas, tomate, menta, chocolate,  así como tomar café, incluido el descafeinado, u otras bebidas con cafeína o las carbonatadas.

Correremos también mayor riesgo de sufrirla si nos acostamos justo después de comer, sufrimos estrés, bebemos alcohol, fumamos o somos fumadores pasivos. Asimismo, puede provocar acidez tomar fármacos como la aspirina, el ibuprofeno, anticolinérgicos (para el mareo, por ejemplo), sedantes para el insomnio o la ansiedad, bloqueadores Beta para la presión arterial alta, broncodilatadores para el asma, antidepresivos tricíclicos o algunos fármacos para el Parkinson, entre otros.

Otra posible causa es la hernia de hiato, una afección en la cual parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax y la cavidad abdominal.

Cómo aliviar la acidez

Por fortuna, contamos a nuestra disposición con ciertos fármacos, capaces de aliviar la acidez, el bicarbonato y las sales de magnesio y aluminio. Aunque los dos últimos no precisan de receta médica, es conveniente consultar a nuestro médico qué medicamento es el más adecuado para nosotros.

En los últimos años se han añadido otros  fármacos como los bloqueadores H2 (p.e.ranitidina, famotidina, cimetidina)  y  los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, etc.) son de gran utilidad, pero, si necesitamos recurrir a ellos más de dos veces por semana, o se reproducen los síntomas con gran intensidad, o  se añaden algunos otros como por ejemplo  dolor o dificultad al tragar, pérdida de peso hemos de acudir al especialista, ya que podríamos estar sufriendo de ERGE.

Complemento prevenir acidez estómago

Por otro parte, se puede aliviar el malestar con complementos alimenticios que ayudan a que los jugos estomacales sean menos ácidos, lo que reduce la sensación de ardor que se experimenta en el esófago. El calcio, el aloe vera, la manzanilla y el regaliz son algunas de las sustancias que podrían  hacer más llevadero este trastorno, pero es mejor siempre consultar con el profesional médico que nos indicará la idoneidad de estas opciones en nuestro caso particular Por otra parte, las propiedades digestivas de las  plantas mencionadas precisan de mayores estudios para avalar su eficacia, más allá del respaldo de su uso tradicional. 

Cómo prevenir el ardor de estómago cambiando el estilo de vida

Como hemos visto, podemos controlar los síntomas de la acidez con la toma de medicamentos y complementos alimenticios. Sin embargo, la mejor opción será siempre prevenir su aparición, siguiendo unas sencillas pautas de estilo de vida. Por ejemplo, es importante evitar algunos alimentos como los cítricos, los ajos y cebollas, los productos a base de tomate, el chocolate, la menta o especias picantes como el chile y el curry.

Cómo prevenir el ardor de estómago

Tampoco están recomendados para quienes sufren de ardor de estómago los productos demasiado grasos como las frituras o las pizzas, así como los alimentos demasiado calientes o demasiado fríos. En general, es conveniente evitar las comidas copiosas y, en su lugar, comer con moderación y lentamente, siguiendo un horario regular repartiendo las ingestas y masticando con cuidado.

También se debe hacer un punto y aparte el alcohol, el café y las bebidas carbonatadas. En su lugar, tomemos agua en cantidades adecuadas; sobre todo, al ingerir medicamentos.

Otro hábito que puede ayudarnos a prevenir la acidez es no comer entre las dos y tres horas anteriores a irnos a dormir. Si queremos echarnos la siesta después de comer, es mejor que la hagamos sentados en un sillón o sofá. A la hora de dormir por la noche, podemos elevar la cabecera de la cama. Es aconsejable también dormir del lado izquierdo preferentemente. Tampoco está recomendado el ejercicio de después de comer.

Si tenemos sobrepeso u obesidad, nos ayudará adelgazar. Igualmente, hemos de evitar el tabaco o estar cerca de personas que fumen: el tabaco altera  la saliva, estimula la producción de ácido estomacal y relaja el músculo entre el esófago y el estómago.

Por último, puede resultar muy útil reducir el estrés del día a día, no vestir con prendas que nos ciñan demasiado el estómago y evitar fármacos como el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno o el naproxeno cuando no sean necesarios, o seguir las instrucciones de uso de los mismos indicadas por el profesional sanitario para minimizar los riesgos.

Consejos para una adecuada rutina del sueño

Valga la paradoja, el insomnio puede convertirse en nuestra peor pesadilla. Cuando no descansamos bien por las noches, la mente y el cuerpo se resienten: surgen la fatiga, la ansiedad, disminuyen el nivel de alerta y el rendimiento intelectual- También nos sentimos con menos energía y, en consecuencia, nos mostramos más irritables y más inestables emocionalmente. La somnolencia diurna puede, además, desembocar en accidentes domésticos o laborales.

rutina-sueño

Si tenemos en cuenta que, según los estudios, aproximadamente un 30% de la población padece al menos alguna de las manifestaciones propias del insomnio, queda claro que se trata de un problema muy serio, tanto a nivel individual como social. Además, este trastorno del sueño tiende a hacerse crónico en el 40-70% de las personas que lo padecen. Corren mayor riesgo de que esto les ocurra a las mujeres, los mayores, las personas que padezcan además una depresión u otras patologías, quienes tienen una baja posición económica o las personas separadas o divorciadas -frente a los emparejados o quienes siempre han permanecido solteros-.

Sin embargo, no debemos resignarnos a renunciar a un descanso saludable. Casi todas las causas del insomnio pueden identificarse y muchas de ellas, corregirse o solventarse. En muchos casos, como veremos, seguir rutinas en nuestra vida diaria constituye una de las claves.

Qué puede causarnos insomnio

Gran parte de las causas del insomnio son identificables. Se denomina insomnio secundario. Entre ellas encontramos las que tienen origen fisiológico. Por ejemplo, los cambios en el cuerpo que se producen durante la menopausia y el embarazo pueden provocarlo, así como fumar, tomar alcohol o sustancias estimulantes. Pero también un hábito tan saludable como practicar ejercicio físico puede producirnos problemas para dormir si lo realizamos justo antes de acostarnos. Igualmente, dormiremos peor si las condiciones ambientales son deficientes. Por ejemplo, si hace demasiado calor o demasiado frío, ruidosos o con luz excesiva.

También algunas condiciones laborales como el trabajo con horario nocturno o tener que volar con frecuencia largas distancias puede desencadenar el insomnio. En este último caso, se atraviesan distintos husos horarios en poco tiempo, lo que lleva a sufrir el fenómeno conocido como jet lag, hasta que el cuerpo del viajero logra habituarse al nuevo horario.

Otras causas de insomnio secundario son, por ejemplo, las que tiene un origen psicológico: pueden impedirnos pegar el ojo las emociones intensas, tanto negativas como positivas, ya que estimulan la corteza cerebral, un enamoramiento o hasta una discusión con el jefe.

En el caso de los más pequeños, el comienzo del curso escolar puede ser también un motivo para dormir peor, pues, a los nervios y emociones de este periodo, se añade el cambio de horarios y rutinas en su vida diaria.

Otras causas de insomnio secundario son las que producen algunas enfermedades psiquiátricas, algunas enfermedades orgánicas y el uso de algunos medicamentos.

insomnio-secundario

Horarios regulares, claves en una buena higiene del sueño

Como hemos visto, una buena parte de las causas que pueden impedirnos dormir pueden estar relacionadas con cambios o interrupciones bruscas en nuestras rutinas: desde la vuelta al cole, hasta tener que trabajar por las noches o el deporte fuera de hora.

Podría decirse, por tanto, que disfrutar de un descanso reparador depende en buena parte de que sepamos llevar una vida ordenada y regulada por unos horarios fijos. Para conseguirlo, puede ayudarnos adquirir costumbres como irnos a dormir y levantarnos siempre a la misma hora. No importa que sea fin de semana, hemos de tratar que nuestro horario sea siempre similar, lo que significa no irse a la cama a las mil el viernes o el sábado, para levantarnos a las tantas al día siguiente.

Puede ayudarnos también a conciliar el sueño el seguir una rutina antes de acostarnos. Por ejemplo, primero, cepillarnos los dientes y bañarnos o ducharnos con agua caliente; luego, poner el despertador y escuchar música o realizar ejercicios relajantes de yoga o respiración…

Recordemos, igualmente, que hemos de dormir solo lo necesario para encontrarnos descansados y despejados al día siguiente. En general, debemos seguir el ritmo de sueño que marca nuestro organismo y se desaconseja, en general, permanecer en la cama más de ocho horas-.

Y, aunque las siestas pueden ser recomendables, ya que parece que tienen un efecto cardiosaludable, deberían durar entre quince y treinta minutos -nunca más de media hora- para que no cueste dormir por la noche. Por la misma razón, debe haber un intervalo mínimo de siete horas desde el momento en que terminamos la siesta hasta el de irnos a dormir por la noche.

rutina-diaria-dormir

Comer mejor para conseguir un feliz descanso

Si deseamos descansar bien por las noches, es importante fijar y seguir horarios regulares no solo a la hora de dormir, sino también a la de comer. Por ello, hemos de evitar ingerir grandes cantidades en las tres horas previas a acostarnos, ya que las comidas copiosas producen digestiones pesadas que interfieren con el sueño.

Pero, ojo, igual de importante es no irse con hambre a la cama o habiendo cenado demasiado pronto, si no deseamos que los rugidos de nuestro estómago nos despierten por la noche.

En general, favorecerá un buen sueño llevar una dieta equilibrada, lo que incluye evitar, como hemos dicho, las cenas copiosas, y las sustancias estimulantes como las bebidas con cafeína, el alcohol y el tabaco. En cambio, tomar un vaso de leche tibia al ir a dormir puede favorecer el sueño. Pero, solo un vaso, pues beber demasiado antes de acostarnos puede llevarnos a tener que levantarnos varias veces por la noche para ir al baño. En este sentido, resulta prudente también orinar justo antes de ir a la cama.

Así mismo, hemos de evitar el ejercicio físico durante las cuatro horas previas a irnos a dormir: realizar al menos cuarenta minutos al día de actividad física es muy saludable, pero puede activarnos demasiado e impedirnos conciliar el sueño si la llevamos a cabo demasiado tarde. Igualmente, ser capaces de reducir la ansiedad que pueden producirnos los problemas y preocupaciones es también crucial para que consigamos descansar bien por la noche.

dieta-equilibrada-sueño

Soluciones naturales para conciliar el sueño

Por último, recordemos que existen tisanas o infusiones que pueden ayudarnos a dormir mejor. Por ejemplo, una valeriana puede aumentar nuestrol bienestar mental, si nos sentimos tensos o estamos sufriendo algo de estrés. Y, antes de acostarnos, una tila nos puede ayudar a relajarnos, lo que facilita el sueño y el descanso nocturno.

Otra posibilidad es tomar complementos nutricionales que contengan melatonina, una hormona que regula los ritmos corporales y que puede ayudar a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño. Puedes consultar con tu médico o farmacéutico si estas soluciones pueden ser beneficiosas para ti.

Alimentos de verano y hábitos saludables

¡Alimentos de verano a la vista! Se acerca la época estival y con ella las temperaturas elevadas, los cambios en nuestra apetencia, la necesidad de mantenernos bien hidratados y una nueva oferta de alimentos de temporada. ¿Es necesario cambiar alguna cosa de nuestra rutina? ¿Qué debemos tener en cuenta?

Lo cierto es que lo más importante, con independencia de la época del año, es mantener unos hábitos saludables en los que destaquen una buena alimentación (potenciando el consumo de alimentos de verano), la hidratación adecuada, descanso y ejercicio físico. Sin embargo, es cierto que las temperaturas pueden pedirnos un poco de flexibilidad con el fin de adaptarnos fácilmente a lo que nos apetece, pero también a lo que más nos conviene.

sandía y hábitos saludables en verano

Los mejores hábitos para el verano

En verano no es necesario comer más, de hecho, nuestro cuerpo necesita menos energía para mantener la temperatura corporal y, consecuentemente, nuestro gasto energético será menor. Por fortuna, los alimentos de verano desempeñan un papel muy importante: están llenos de agua, aportan pocas calorías, pero son nutritivos y están cargados de fibra, vitaminas y minerales.

Sin embargo, nos toca ir un paso más allá para no olvidar tener en cuenta algunos hábitos veraniegos muy importantes:

  • Toca hidratarse, pero hidratarse bien

Hidratarse bien supone beber agua; los tintos de verano, las cañas, los zumos, los sorbetes, las horchatas y las bebidas azucaradas no solo no hidratan, sino que además aportan calorías vacías que te empujarán a ganar peso para luego querer perderlo al instante después de las vacaciones.

Toma tanta agua como te apetezca y esfuérzate en tomar un poquito más si vives en un lugar muy cálido y húmedo, trabajas en exteriores o realizas ejercicio físico.

¿Que un día te apetece tomar algo distinto? ¡No hay problema! Recuerda que puedes saborizar agua fresquita con hierbas frescas (menta, por ejemplo), frutas (limón) e incluso hortalizas (pepino). ¡Y no te olvides de los gazpachos y salmorejos! Hechos en casa y sin exceso de sal pueden ser una opción refrescante y muy nutritiva. Al igual que pasa con los batidos de frutas… Los zumos pierden gran parte de su fibra y su ausencia afecta sobre la saciedad y las calorías totales que terminamos ingiriendo, pero un batido de frutas y/o vegetales, con toda su fibra, también puede ser una opción saludable para de vez en cuando (siempre que tengas en cuenta que no equivalen a tomar la fruta entera, bien masticada).

  • Sácale partido a la huerta

Es el momento de aprovechar los alimentos de verano, que además nos ayudan a comer de forma ligera y fresca para paliar las altas temperaturas. ¡Nada mejor para fomentar y mantener hábitos saludables!

beneficios nectarinas en verano

Aprovecha la deliciosa fruta de temporada y usa tu creatividad para elaborar mil y un platos distintos con los vegetales que habrá en el mercado. Ensaladas verdes, ensaladas con legumbres, patata o pasta/arroz integral… ¡Hay mil opciones! Cada cual más refrescante y sabrosa.

Ten en cuenta, sin embargo, que los aliños que más te interesan son a base de aceite de oliva virgen extra en crudo, cualquier tipo de vinagre, mostaza, hierbas aromáticas, frutas, yogur natural, especias… Las ensaladas pueden y deben ser muy coloridas (con tantos colores como pueda ofrecerte la huerta) pero eso no significa cargarlas de otro tipo de ingredientes o acompañamientos ni de salsas envasadas que solo añaden mucha sal, azúcar, grasas saturadas y otros potenciadores del sabor a preparaciones tan saludables.

¿Y qué hay de los helados? Restringirlos totalmente puede favorecer tus ganas de comerlos en demasía, tomarlos de vez en cuando no echará al traste tu esfuerzo si el conjunto de tus hábitos sigue siendo bueno, pero… ¿Qué te parecería comerlos más a menudo y en versión 100% saludable? Por ejemplo, puedes congelar plátanos maduros en trocitos y procesarlos en una batidora (sacándolos 5 minutos antes para que no estén tan duros) cuando quieras tomar algo fresco. Añadiendo canela, cacao, otra fruta o alguna esencia para uso alimentario te aseguras un refrigerio sano, sabroso y sin caer en excesos, grasas saturadas ni azúcares añadidos.

  • ¿Tienes cuidado con el sol?

Los alimentos de verano nos permiten cuidar de nuestra piel gracias a la cantidad de agua, fibra y antioxidantes que poseen, junto al papel que juegan en la renovación celular, de la piel y las mucosas. No obstante, sus micronutrientes no son suficientes para protegernos de la radiación solar, para la cual es importante elegir y usar bien los distintos medios para la fotoprotección que tenemos al alcance (cremas solares, vestimenta adecuada, sombreros, gafas de sol, toldos y sombrillas).

No dudes en consultar información más detallada sobre fotoprotección o de preguntar a tu facultativo médico o farmacéutico sobre el tema.

 

Alimentos de verano también fuera de casa

Dicho todo esto, es posible que durante las vacaciones te pueda resultar más complicado cumplir con todo… ¡Pero no es que sea más complicado, es cuestión de planteamiento! La rutina cambia, puede que estemos menos activos y que la oferta que nos rodea invite a comer más e incluso peor… Sin embargo, con unas pautas muy sencillas lograrás sobrevivir a cada uno de los retos que se te presenten:

alimentos de verano caseros y saludables

  • Encuentra el equilibrio al comer fuera

Comer bien no está reñido con disfrutar de modo que si vas a comer fuera de casa es importante que sepas elegir bien. No te asustes, el truco es muy sencillo: elige entrantes ligeros a base de alimentos de verano, acompaña el plato principal con vegetales, prefiere fruta de postre y agua para beber. ¿Qué quieres tomarte una caña? Disfrútala pero no tomes varias, en cada comida ni cada día. ¿Qué quieres tomar tarta helada de postre? Exactamente igual que con la caña…

Pedir el aliño aparte, evitar salsas o elaboraciones muy grasas y aligerar desayuno y cena si sabes que la comida va a ser copiosa son estrategias muy útiles para salir airoso de un día de turismo fuera de la rutina. Disfruta, mas hazlo con cabeza.

  • Evita el riesgo de toxiinfecciones alimentarias

Ir a la playa, la piscina o de picnic es un plan ideal cuando hace buen tiempo pero, nuevamente, puede ser peligroso si no llevas la comida planificada o si no te haces con una buena neverita. ¿Sabes por qué? La ausencia de planificación puede hacer que tus opciones se reduzcan y tengas que conformarte con lo primero o único que encuentres (con independencia de su calidad u oferta) y no llevar todo perfectamente conservado y refrigerado aumenta el riesgo de intoxicación, con el consecuente hundimiento de tu escapada veraniega.

¿En cuanto a opciones? Tu imaginación es el límite… Alimentos de verano en cualquier preparación: tortilla o huevo duro, ensaladas de cualquier tipo, gazpachos, hummus con bastoncitos vegetales o pan integral, macedonias, yogur natural y frutos secos, rollitos hechos con hojas verdes o papel de arroz, sándwiches, etc.

  • Combate la inactividad a diario

Si es lo que quieres, puedes dormir la siesta a diario aprovechando las vacaciones… Pero igual que reservas hueco para descansar más, resérvalo también para salir a pasear o ejercitarte todos los días. ¡Es un momento ideal para hacer cosas en familia, aprovéchalo!

 

Día Mundial de la Salud

Tras el asueto de Semana Santa hemos empezado la semana con la celebración de dos de los días más importantes del año en cuanto a salud se refiere. El lunes de Pascua se celebró el Día Mundial de la Actividad Física, que nos recuerda la importancia de mantener una vida activa. Os recuerdo lo que la OMS dice: 30 minutos al día de ejercicio

Además de fomentar una sensación de bienestar, el ejercicio físico ayuda al corazón a trabajar de manera más eficiente, contribuye a regular el colesterol y la sensibilidad a la insulina, a mejorar el tono muscular y a prevenir la obesidad y el sobrepeso, entre otros beneficios.

Se debe, por tanto, huir del sedentarismo y caminar entre media y una hora diaria o practicar tres veces a la semana actividades aeróbicas como el baile, la natación o el ciclismo, para las cuales es recomendable reservar momentos en nuestra rutina diaria o semanal.cómo cuidar nuestra salud

Además de realizar algún deporte o ejercicio físico, debemos esforzarnos por llevar una vida activa en el día a día. Por ejemplo, es aconsejable caminar antes que desplazarnos en coche o subir por las escaleras antes que tomar el ascensor.

En esta dirección podréis encontrar más información sobre los beneficios del ejercicio físico y de otras pautas relacionadas con él, según la OMS.

Y por otro lado, ayer, 7 de abril, se celebró el Día Mundial de la Salud, que este año la OMS lo ha enfocado a través de la correcta manipulación e higiene de los alimentos que ingerimos.

Os derivo a varios consejos de vida saludbale y os dejo unas recomendaciones que podéis seguir cuando manipuléis y/o preparéis alimentos:

  • Lavarse bien las manos con agua y jabón. Luego debemos secarlas con aire caliente o toallas de papel.
  • Llevar siempre las uñas cortas y limpias. Es conveniente llevar las uñas sin esmalte al cocinar, ya que este oculta la suciedad que se acumula en ellas. También se deben sacar los anillos antes de tocar los alimentos, porque en ellos también puede haber restos de suciedad. Si tenemos alguna herida en las manos, debemos cubrirla con un apósito impermeable o una venda antes de tocar los alimentos.
  • Mantener limpias las superficies donde se vayan a preparar los alimentos. También se han de lavar bien los cuchillos, las tablas de cortar y todos los utensilios que se usen en la cocina.
  • Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados, y lavar bien los utensilios después de preparar los primeros. De esta manera, se previene la contaminación cruzada que se produce, por ejemplo, si se corta un pollo crudo y luego, con el mismo cuchillo, otro alimento ya cocinado.
  • Usar ropa limpia al cocinar y llevar el cabello recogido. No solo nuestro cuerpo debe estar limpio, sino también nuestra indumentaria, pues los microorganismos se alojan allí donde hay suciedad. También es importante no limpiar las manos, los cuchillos y los tenedores con la ropa.
  • No estornudar o toser sobre los alimentos. En nuestra saliva y mucosas existen microbios que pueden infectar el alimento, por lo que, si estornudamos o tosemos, debemos taparnos la boca y la nariz, y luego lavarnos las manos. Si estamos enfermos, es mejor no preparar comida para otros.

Día Nacional de la Nutrición: contra la obesidad infantil

La FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética), celebra hoy el Día Nacional de la Nutrición. Para este año, se quiere dar especial importancia a la prevención y reducción de la obesidad infantil a través de una alimentación y estilo de vida saludable.

Desde este blog hemos dedicado más de un post a esta cuestión, que hoy más que nunca se vuelve muy actual. Te invito a que los leas aquí y aquí.

En el mundo, la cifra de menores de 5 años con obesidad se calcula que asciende a 17,6 millones de niños (según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS). En España, según datos del estudio Aladino llevado a cabo por el Ministerio de Sanidad, un 44% de los niños de entre 6 y 9 años de edad tienen sobrepeso u obesidad.

dia de la nutrición contra la obesidad infantil

Es bien sabido que la obesidad de inicio en la edad infantil tiene tendencia a persistir a lo largo de los años. Así, entre el 15 y el 80% de los niños con sobrepeso u obesidad lo mantendrán en la edad adulta. Las consecuencias para la salud de la obesidad infantil incluyen el padecimiento de enfermedades especialmente reservadas en la población adulta como la diabetes mellitus tipo II y el mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Pero esas cifras no se deben exclusivamente a niños alimentados en exceso y mal por sus padres, que también; es importante pensar que la actual crisis económica también hace que nuestros hábitos nutricionales se resientan. Una bolsa de patatas o de chucherías cuesta alrededor de un euro, al igual que muchas hamburguesas. Muchos padres, desgraciadamente, no pueden comprar alimentos de mayor valor nutritivo para sus hijos y de esta forma los alimentos calóricos a base de grasa saturada, trans, ricos en proteínas y sal ‘sacian’ tanto a los estómagos de los niños como al bolsillo de los adultos. Según datos de Unicef, la tasa de pobreza infantil en España se encuentra en el 27% de los niños.

Combatir la obesidad infantil es un deber de la sociedad a la que todos pertenecemos.

El papel de la nutrición en la prevención de enfermedades

El único alimento completo que existe es la leche materna. De hecho, un bebé puede alimentarse durante unos meses exclusivamente de ella. Pero como la mayoría no somos bebés, deberemos añadir a nuestra dieta una variedad de alimentos que aseguren el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.

Además del mayor estudio hecho sobre dieta mediterránea del que os hablaré próximamente, no tendría entradas en este blog para demostraros la diversidad de estudios científicos que demuestran el poder preventivo de la nutrición frente a posibles enfermedades o patologías muy comunes en nuestra sociedad.

food-1475223_640
Por ejemplo, en un estudio publicado en 2012 (ver 1, abajo ) se observó que un consumo elevado de frutas y vegetales reducía la probabilidad de sufrir episodios de hipertensión, cardiopatías e ictus. Igualmente, el consumo de estos alimentos también protegía frente a algunos tipos de cáncer y obesidad. Así mismo, de gran trascendencia fueron los resultados del estudio EPIC, promovido por la OMS y realizado en 23 centros de diez países europeos con más de medio millón de personas incluidas. Los autores concluyeron que entre el 29,3% y el 40,6% de la incidencia de cáncer podría ser prevenible con medidas relacionadas con la dieta, el control del peso y la actividad física: http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1135-57272004000200004&script=sci_arttext

Especialmente preocupante es el hecho de que en nuestro país, los malos hábitos nutricionales de la sociedad afectan a los más pequeños. España es uno de los países con mayor obesidad infantil de Europa y del mundo: un 19% de los niños entre 6 y 9 años padece obesidad y un 26%, sobrepeso.

Y es que un exceso de alimentos ricos en grasas y pobres en nutrientes causa obesidad y es fuente de enfermedades. Como no es un tema baladí, conviene tomarse en serio nuestra alimentación. De nosotros depende.

Fuentes:

1Boeing H, Bechthold A, Bub A, Ellinger S, Haller D, Kroke A, Leschik-Bonnet E, Müller MJ, Oberritter H,
Schulze M, Stehle P, Watzl B.Critical review: vegetables and fruit in the prevention of chronic diseases.
Eur J Nutr. 2012; 51:637-63.