Fresas, fresones, moras, frambuesas, grosellas, cerezas y arándanos, conocidos también como frutos del bosque, comparten, además de un brillante color rojo, su potente capacidad antioxidante. Ricos en agua y nutrientes, nos aportan pocas calorías cuando los comemos y, en cambio, son ricos en flavonoides, unos compuestos capaces de bloquear los “radicales libres”. Estos últimos dañan nuestras células y están, a menudo, involucrados en el desarrollo de enfermedades. Por tanto, los flavonoides pueden ayudarnos a combatir el envejecimiento celular y a prevenir muchas patologías.
Por ejemplo, un tipo concreto de flavonoides, las antocianinas, son precisamente las que pigmentan de ese tono tan característico, entre rojo, púrpura y azulado, las frutas del bosque. Cuanto más intenso y brillante sea el color de frutas y verduras, mayor es también su valor nutricional , en cuanto a su riqueza en minerales, fibra, vitaminas y antioxidantes Veamos ahora qué otras ventajas pueden aportar a nuestra salud los distintos frutos rojos:
- Fresas
Además de estar buenísimas, son ricas en vitaminas, sobre todo en ácido fólico (B9) y vitamina C, la cual posee un elevado poder antioxidante, nos ayuda a fortalecer el sistema inmunitario y favorece la absorción del hierro.
Igualmente, las fresas son una excelente fuente de minerales como el calcio y el potasio. Este último aporta a esta fruta propiedades diuréticas, que pueden ayudarnos a combatir la retención de líquidos. Comer fresas contribuye también a regular los niveles de colesterol en la sangre , gracias a sus propiedades antioxidantes, y a mejorar el tránsito intestinal, gracias a su alto contenido en fibra.
Muy rica en agua, esta sabrosa fruta cuenta con la ventaja añadida de ser muy baja en calorías: cien gramos contienen aproximadamente sólo treinta calorías . Una característica que la vuelve incluso más apetitosa, ¿verdad?
- Moras y frambuesas
Muy refrescantes y ricas en fibra -ciento veinticinco gramos de frambuesas contienen unos diez gramos-, nos ayudan a ir mejor al baño y a prevenir el estreñimiento. Ricas en folatos y potasio, tomarlas con regularidad puede ayudarnos a disminuir el riesgo de padecer algunas enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y degenerativas; incluso, puede ayudar a prevenir diversos tipos de cáncer.
Por su parte, las moras que tanto nos gusta coger cuando vamos al campo, pueden ayudarnos a regular los niveles de colesterol, ya que también cuentan con importantes propiedades antioxidantes, a la par que laxantes y depurativas. Al igual que las fresas, son especialmente ricas en vitamina C y comerlas puede ayudarnos a mejorar nuestras defensas.
- Cerezas y grosellas
Tan rojas como sabrosas, las cerezas tampoco aportan apenas calorías y sí muchos beneficios. Entre ellos, un alto contenido en fibra, que puede aliviar el estreñimiento, y pequeñas cantidades de provitamina A, C, y folatos. También contienen abundancia de antocianinas y polifenoles que poseen propiedades antioxidantes. Además, es de los pocos alimentos que contiene melatonina, una sustancia que regula el ciclo sueño-vigilia y ayuda a conciliar el sueño.
Y, aunque quizás son menos populares en España, merece la pena incluir en esta lista a las grosellas, que poseen numerosas propiedades antioxidantes y antisépticas. Si a estas, añadimos su alto contenido en vitamina C, la grosella se une al resto de frutos rojos y otros alimentos para ayudar a reforzar nuestro sistema inmunológico frente a las enfermedades.
- Arándanos, algunas claves de su relación con las infecciones de orina
Mención especial merecen los arándanos rojos: como las fresas, tienen un valor calórico muy bajo y son una generosa fuente de fibra, potasio, hierro y calcio, pero, además, algunos estudios les atribuyen una poderosa acción antibiótica que evita que las bacterias que provocan las infecciones de orina se adhieran a la vejiga.
Las infecciones en el tracto urinario son de las más frecuentes en el ser humano. La mayoría (hasta un 95%) están causadas por un solo microbio, la bacteria Escherichia coli aunque, en algunos casos, los agentes infecciosos pueden ser otros, como Enterococcus faecalis, Proteus Mirabilis, Staphylococcus Saprophyticus, Streptococcus agalactiae y otros. En un pequeño porcentaje de casos pueden causadas por más de un microorganismo (polimicrobianas). Afecta más a mujeres que a hombres, especialmente en algunas edades , y, de hecho, aproximadamente la mitad de las mujeres la padecerán al menos una vez en su vida. Es más probable que esto ocurra durante su etapa fértil (entre los 17 y 50 años), aunque puede haber un pequeño incremento durante la menopausia y el embarazo.
Por otra parte, las infecciones de orina se caracterizan por una alta tasa de recurrencia , pues muchas veces se repiten: entre el 20% y el 30% de las mujeres que han experimentado un episodio de cistitis tienen riesgo de que se repita.
Por fortuna, como os contaba, el arándano rojo contiene un tipo de sustancia -las antocianidinas, cuya efectividad para disminuir las recurrencias de las infecciones de orina y aliviar sus síntomas está estudiada científicamente. Aunque se requieren más evidencias, al parecer, esta sustancia es capaz de evitar que las bacterias causantes logren unirse a las paredes de las vías urinarias, donde proliferan y provocan las infecciones.
Si bien están presentes por ejemplo en la uva negra, en la semilla del aguacate o la ciruela y la remolacha, el arándano rojo americano es el alimento que mayor concentración posee de estas sustancias. Así que, al natural, en zumo o batido, mezclados con el yogur o con otras frutas en una rica macedonia, en salsa o como guarnición, pueden ser añadidos de manera habitual a vuestra alimentación.