Antes de entrar en materia, resulta necesario puntualizar que la menopausia es una etapa más de la vida de la mujer; no se trata de una enfermedad, sino de una situación natural y normal en la mayoría de las mujeres.
Uno de los síntomas más conocidos y padecidos por la mujer menopáusica son los sofocos. De hecho, se sitúan como el principal motivo de consulta médica y farmacéutica de la mujer.
Comienzan a producirse en la premenopausia y desaparecen de forma gradual con los años, siendo de 5 meses a 6 años la duración habitual de esta sintomatología. Aparecen como explosiones bruscas de calor (en la cara, cuello y tórax), seguidas de sudores, con posterior descenso de la temperatura corporal y aceleración transitoria de la frecuencia cardiaca. Predominan por la noche, interrumpiendo el sueño, y pueden durar de 30 segundos a 2-4 minutos. Los sofocos afectan a la calidad de vida de la mujer y pueden repercutir en su entorno social, laboral, así como en su esfera afectiva.
Existen diferentes consejos para ayudar a evitar su aparición y, para en el caso de que aparezcan, lograr que sean más llevaderos. Por ejemplo:
• Evitar comidas picantes.
• Moderar el consumo de café, te y alcohol.
• Evitar el consumo de tabaco.
Asimismo, cuando aparezcan los sofocos, es conveniente:
• Refrescar las mejillas con agua fría.
• Evitar prendas calurosas
• Usar ventiladores y/o abanicos y consumir bebidas frías.
• Realizar ejercicio físico
• Evitar el sobrepeso.
• Consulta a tu farmacéutico sobre preparados naturales que ayuden a reducir las molestias asociadas a la menopausia.
Fuentes:
Gómez-Ayala AE. Menopausia; salud genitourinaria. Offarm 2010;29(5):60-66
Gordino M. Consejo farmacéutico en la menopausia. Aula de la Farmacia 2006;10:38-44
Erkkola et al. Phytomedicine 2010;17(6):389-396.
Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). http://www.aeem.es/fases.asp [Consultado el 2 de abril de 2013]
Departamento Médico de Laboratorios Cinfa
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