¿Quién en algún momento de su vida no ha padecido un episodio de estrés? Es tan común que la OMS cifra en un 28% el número de personas estresadas en su trabajo y el Global Workforce Study lo eleva hasta un 49%, la población sufre algún tipo de estrés ya sea laboral, personal, patológico o post-traumático.
Se define como un conjunto de reacciones fisiológicas que se presentan cuando una persona sufre un estado de tensión nerviosa por condicionantes laborales o personales. Afortunadamente, es pasajero, pero es innegable lo mal que lo pasamos mientras estamos estresados. A veces una cierta dosis de estrés es saludable porque nos ayuda a enfrentarnos a los problemas y adversidades de la vida, pero una situación muy continuada en el tiempo puede originarnos problemas físicos y psicológicos.
Es un enemigo de nuestra salud porque debilita nuestro sistema inmune, disminuye nuestra energía, dificulta nuestro sueño e incluso tiene efectos sobre la piel, porque la envejece, además de provocar aumento de peso, irritabilidad y cambios de humor.
El estrés es, en muchas ocasiones, un compañero de viaje y conviene saber afrontarlo. Entre varias recomendaciones destacamos las siguientes:
- Hacer deporte: distrae a nuestro cerebro y además se generan una serie de endorfinas u hormonas placenteras que producen una sensación de relajación y felicidad.
- Si estás estresado no tomes bebidas o sustancias estimulantes que contengan alcohol, cafeína, ginseng o té y, por supuesto y por mil razones, no tomes drogas.
- Realiza actividades que sepas que te relajan: atender tus hobbys, tu programa favorito, tu grupo de música, técnicas como el yoga, la meditación o la oración pueden ayudarte. Incluso minivacaciones, viajes, nuevos proyectos, etc.
- Y desde un punto de vista dietético, intenta seguir las pautas de alimentación saludable que en tantas ocasiones henos repetido en este blog y añade a tu alimentación frutos secos que gracias a su alto contenido en vitaminas del grupo B pueden ayudarte a mejorar el cansancio y la ansiedad.
Por supuesto, en situaciones en las que lo creas conveniente los profesionales sanitarios como los psiquiatras o los psicólogos te pueden ayudar, pero piensa que una parte del alivio del estrés en gran medida depende de nosotros mismos y de nuestra fuerza de voluntad.
Yo creo que una dieta balanceada y saludable siempre viene bien.