Una de las etapas más bonitas en la vida de una mujer, si así lo elige, es el embarazo. Durante esta época hay un incremento de las necesidades de casi todos los nutrientes, en comparación con otra mujer de la misma edad sin estar embarazada.
Durante el embarazo es necesaria la ingesta de nutrientes como ácido fólico, yodo, vitamina C, calcio o hierro. Respecto al ácido fólico, su carencia puede originar un aumento del riesgo de espina bífida. La comunidad científica defiende la necesidad del aporte y suplementación desde el momento de la concepción.
El yodo es otro elemento esencial, sobre todo en nuestro país donde no hay una implantación universal de la yodación de la sal.
La suplementación con hierro se recomienda de forma generalizada durante el último trimestre de gestación (como preparación ante el sangrado que producirá el parto), y desde el inicio si hay sospecha de anemia.
La producción de líquido amniótico primero y de la leche después, conlleva un aumento en la necesidad de agua, por lo que es importante que si estás embarazada aumentes la ingesta de este líquido.
Te recomiendo que sustituyas los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares simples y sodio por alimentos como hidratos de carbono, hortalizas, verduras, frutas para asegurar el aporte de todos los nutrientes esenciales. Además, alimentos ricos en ácidos grasos polinsaturados omega-3, incluidos en el pescado y las nueces es fundamental para tu salud y la de tu hijo, al poseer beneficios a nivel cognitivo para tu hijo.
Finalmente, déjate asesorar por un profesional sanitario que te proporcionará consejo de forma individual cuáles son tus necesidades nutricionales en esta etapa y enfocado a la prevención de enfermedades.
Speak Your Mind