Cuando uno trata de perder peso, lo primero que hace es disminuir la ingesta de determinadas grasas.
Esto puede hacernos caer en dos tipos de errores:
* El primero es optar por cualquier producto que indique en su envase “bajo en grasas” sin leer el resto de la etiqueta.
“Bajo en grasa” no quiere decir que tenga pocas calorías o que no contenga altas cantidades de azúcar, por ejemplo.
Así que conviene leer con detenimiento las etiquetas completas para elegir correctamente.
* El segundo es “huir” de todas las grasas.
Hay grasas saludables cuya ingesta moderada no solo no es mala sino absolutamente recomendable.
Además de ayudarnos a perder peso, son necesarias para garantizar la absorción de vitaminas como la A, D, E y K, que son liposolubles.
Estas grasas saludables se pueden encontrar en:
– Aceite de oliva
Es el “oro” de la dieta mediterránea y uno de los mejores aderezos para nuestros platos si queremos cuidar nuestra salud.
Su alto contenido en grasas monoinsaturadas y otros nutrientes, lo convierte en un alimento ideal para ayudarnos a prevenir enfermedades como el cáncer, la hipertensión o la diabetes.
– Frutos secos
Los frutos secos aportan grasas saludables y proteínas y contienen ácido alfa-linolénico, un omega-3 con propiedades cardiosaludables y un aminoácido llamado L-arginina, que fortalece el sistema inmunológico y nos ayuda a prevenir enfermedades.
Además aportan vitamina E y fibra.
– Semillas
Las semillas de lino, de calabaza, de girasol o de chía, son una fuente de omega 3, vitamina E, fibra y proteínas. Además, contienen minerales tales como magnesio, selenio y zinc.
– Aguacate
Contiene ácido fólico y vitamina E, pero además es muy rico en aceites esenciales y antioxidantes.
Así que conviene incluir con moderación este tipo de alimentos para garantizar el aporte necesario de estas grasas saludables.
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