El azúcar escondido

En un post anterior: “¿Es el azúcar tan malo como lo pintan?”, ya se comentaban los peligros y problemas del excesivo consumo de azúcar en la sociedad actual (diabetes, problemas cardiovasculares, obesidad, etc). Basta con acercarse a cualquier estante de supermercados o de máquinas de autoconsumo donde proliferan alimentos con gran carga de azúcar.

Hoy Antonio Brusau nos escribe sobre aquellos productos muy consumidos y que contienen altos niveles de azúcar simple.

Para ello,  es clave diferenciar entre el azúcar que contienen los alimentos de forma natural y a los que se les puede añadir azúcar (de allí “azúcar añadido”) en los procesos de fabricación. Por eso en diferentes momentos se puede hablar de cantidades de azúcar añadido, o de cantidades de azúcar total (la que tienen los alimentos de forma natural más la añadida); estos dos modos de referirse a las cantidades de azúcar pueden llevar a confusión.

azucar moreno

La OMS (Organización Mundial de la Salud) establece unos límites de ingesta máxima de azúcar añadido. Este límite se encuentra en el 10% del valor energético total de la dieta. Esto, en una dieta estándar de 2000 Kcal se traduce en una cantidad de 50 g. Además, en los últimos años la OMS se está planteando rebajar esa cifra al 5%, lo que reduciría la cantidad diaria máxima de azúcar a 25 g, ya que recientes estudios parecen evidenciaque el beneficio para la salud se produce con ingestas de azúcar inferiores al 5%.

Por otro lado la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) establece la ingesta de referencia de azúcar total en 90 g; cantidad que concuerda con las recomendaciones de la OMS. Ya que establece en 45 g el consumo de azúcar presente de forma natural en los alimentos, lo que dejaría en 45 g el consumo de azúcar añadida. No sobrepasar estos límites resulta difícil debido a la existencia de alimentos con altos contenidos en azúcar añadida.

Si nos centramos en los alimentos superfluos muy consumidos por la población es importante advertir de la cantidad de azúcar que contienen por cada ración. En el caso de los refrescos azucarados hay latas que en 330 ml aportan 35 g de azúcar añadido (el 70% del límite de ingesta máximo establecido por la OMS) mientras que solo supone un 6% del aporte de energía de nuestra dieta diaria. Por esta razón el cosnumo de estas bebidas debe ser ocasional.

azucar refresco

Y no sólo los refrescos azucarados hay otros como los zumos y batidos de chocolate de consumo individual (200 ml), que aportan de media 24 g de azúcar (48% del límite de ingesta máximo establecido por la OMS), mientras que solo supone un 7% del aporte de energía de nuestra dieta diaria.

De esta forma consumiendo un refresco azucarado y un batido de chocolate estaríamos sobrepasando con creces el consumo diario máximo de azúcar añadido, y aportando al organismo sólo el 13% de la energía diaria recomendada, teniendo que aportar el 67% restante sin ningún gramo de azúcar añadida, situación que parece imposible.

el azucar escondido

Además de los alimentos ya comentados con anterioridad destacan también el cacao en polvo, el chocolate para untar y diversos tipos de galletas. Otros alimentos a vigilar especialmente son el kétchup, la pizza, y las patatas fritas de bolsa, ya que presentan un alto contenido en azúcar añadido pese a que su sabor salado puede hacernos pensar que no consumimos azúcar.

 

Fuentes:

http://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugars_intake/en/

https://www.efsa.europa.eu/en/topics/topic/drv

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