La transición del periodo reproductivo al no reproductivo en la vida de la mujer se inicia unos 10 años antes del cese definitivo de las menstruaciones, es decir, alrededor de los 40 años.
Durante este periodo, la mayoría de las mujeres pueden experimentar una serie de síntomas como ciclos irregulares; reglas más largas y abundantes; primeros sofocos y sudores nocturnos; sequedad en la piel y mucosas (también en la vagina); cambio en la distribución de la masa corporal; alteraciones del sueño; cambios de humor; ansiedad o pérdida de la capacidad de atención.
La FSH (hormona folículo estimulante) es una hormona que participa en la producción de los óvulos. Durante la etapa fértil de la mujer, los niveles de FSH aumentan durante la primera parte del ciclo menstrual hasta que se produce la ovulación. Después, dichos niveles descienden y se normalizan, hasta que se produce la menstruación, y vuelven a aumentar en el siguiente ciclo y así sucesivamente.
Sin embargo, cuando se acerca la menopausia, la FSH alcanza niveles más elevados porque los ovarios tienen más dificultad de producir óvulos. Esto se debe a que el organismo reacciona produciendo más FSH para estimular la producción de óvulos.
Comprobar el nivel de FSH puede ayudar a determinar si se ha entrado en fase de transición a la menopausia y le permitirá a la mujer estar mejor informada acerca de su estado de salud cuando vaya a ver a su médico.
Si eres mujer y estás en esta edad, pregunta a tu farmacéutico sobre la posibilidad de conocer tus niveles de FSH. Saberlos te hará conocedora de si síntomas como ciclos irregulares, cambios de humor, primeros sofocos, sequedad vaginal y/o de la piel y problemas para dormir tienen que ver con el inicio de la transición a la menopausia. Esta información te ayudará a tomar las medidas necesarias para mantener tu organismo en un estado saludable, con el fin de, cuando llegue la menopausia, defenderte mejor de los riesgos asociados, como pueden ser la osteoporosis, hipertensión arterial, colesterol y otros trastornos.
En post anteriores os recomendábamos una serie de consejos nutricionales para mejorar la calidad de vida durante esta etapa, por ejemplo en cuestión de piel, o para la retención de líquidos.
Como ejemplo, hoy te proponemos un ejemplo de dieta para esta etapa.
Desayuno: un lácteo, una ración de cereales (pan, galletas, cereales de desayuno, bollería casera, etc.) y una ración de frutas (una pieza de cualquier fruta o zumo natural).
Almuerzo y merienda: elige fruta, lácteos o bocadillos de pan preparados en casa.
Comida:
- Primer plato: arroz, legumbres, pasta y sopas, ensaladas o verduras.
- Segundo plato: huevos, carne y pescado, que puedan acompañarse con ensalada, verduras, guisantes o patatas.
- Postre: incluye una fruta, alterna con productos lácteos sencillos (yogur, cuajada, queso, etc.)
Cena: sopas, verduras, pescado. Después de cenar, un yogur o un vaso de leche.
Bebida recomendable: agua.
Aliñar los platos con aceite de oliva y no condimentar con sal.
Fuentes:
Abordaje de la menopausia. Inf Ter Sist Nac Salud 2003; 27: 105-114.
Menopause and menopause transition. Med Clin N Am 2008; 92: 1253–1271.
NIH State of the Science Panel. National institutes of Health State of the Science Conference Statement: Management of Menopause Related Symptoms. Ann Intern Med. 2005;142(12pt1):1003-13.
Godino Prieto M. Consejo farmacéutico en la menopausia. Aula de la farmacia 2006;10:38-44.
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