La cistitis o inflamación de la vejiga es una infección debida fundamentalmente a una bacteria, la famosa E. Coli. Es más habitual en la mujer que en el hombre (10 casos a 1) y se la considera la segunda infección más frecuente tras la respiratoria.
Los casos más leves de cistitis pueden curarse de forma espontánea, aunque a menudo es necesario un tratamiento antibiótico para evitar que la infección se extienda, por eso es importante que ante la presencia de alguno/s de estos síntomas como necesidad frecuente de ir al baño, dolor o escozor al orinar, micciones escasas y frecuentes y orinas turbias o malolientes acompañadas de sangre se acuda al médico. Además, esta infección se caracteriza por su alto índice de recurrencia o de repetición.
Desde el Centro de Información de la Cistitis, una iniciativa del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), se recomienda seguir unas sencillas pautas para evitar las infecciones urinarias, entre las que tescada, por otro lado, el consumo del arándano rojo americano, como ya vimos en entradas anteriores.
Diez consejos para prevenir la cistitis:
1. Ingerir un mínimo de 1,5 litros de líquido al día.
El líquido ayuda a eliminar de forma más rápida las bacterias del aparato urinario.
2. Procurar orinar con frecuencia.
El crecimiento bacteriano es mayor cuanto más tiempo permanece la orina en la vejiga. Puesto que la manera de eliminar estos microrganismos es expulsándolos con la orina, es recomendable ir al servicio cada dos o tres horas, aunque no se tengan ganas.
3. Combatir el estreñimiento.
Tampoco se deben posponer las defecaciones, con el fin de evitar que los gérmenes puedan colonizar los tejidos cercanos al tracto urinario.
4. Usar jabones neutros en la limpieza de la zona íntima.
Debe cuidarse la higiene y no se debe abusar de los jabones perfumados, menos específicos para esa zona tan sensible.
5. Ir al servicio antes y después de mantener relaciones sexuales.
La actividad sexual incrementa hasta cuarenta veces el riesgo de infección y posibilita que ciertos microrganismos queden alojados en la uretra. Por ello, es importante orinar tras el acto sexual.
6. Escoger la ducha frente al baño.
A la hora de la higiene diaria, la mejor opción es ducharse en lugar de darse un baño o usar el bidé, ya que el agua corriente evita la acumulación de bacterias que sí puede darse en una bañera.
7. No permanecer con el bañador húmedo.
En época de piscinas, la humedad del traje de baño o el cambio de temperatura que se da entre el agua y el exterior producen con frecuencia enfriamientos bruscos en el vientre y la zona vaginal.
8. Utilizar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas.
Las prendas demasiado estrechas o fabricadas con material sintético favorecen la transpiración y, por tanto, la proliferación de microbios.
9. Reconsiderar el uso del diafragma y los tampones.
El diafragma puede presionar la uretra y dificultar el vaciado de la vejiga, con lo que su uso está asociado a una mayor frecuencia de infección. Así mismo, los tampones no son aconsejables si las infecciones urinarias aparecen en el periodo premenstrual, ya que pueden favorecer la humedad, impedir la correcta expulsión de las bacterias y favorecer su colonización.
10. Consumir 36 mg de proantocianidinas de arándano rojo al día.
El arándano rojo contiene proantocianidinas tipo A2, una sustancia que previene la colonización de las bacterias E. Coli en la vejiga. Podemos ingerir el fruto directamente o bien en forma de zumo o de complementos alimenticios presentes en la farmacia. Las proantocianidinas contenidas en el fruto impiden que las bacterias sefijen en las paredes del tracto urinario.
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