El uso de antibióticos es fundamental para la curación de infecciones y supone uno de los pilares de la medicina. Sin embargo, su uso prolongado puede alterar la flora intestinal[1] al dañar las bacterias propias y beneficiosas fomentando que se asienten otros microorganismos patógenos que son los responsables, entre otros efectos colaterales adversos, de las diarreas asociadas a antibióticos. Ésta se observa hasta en el 20% de las personas que toman antibióticos[2].
Es importante seguir estos consejos para disminuir el riesgo de diarrea asociada a antibióticos:
1) Tome los antibióticos prescritos por su médico y evite la automedicación.
2) En caso de diarrea leve aumente la ingesta de líquidos dulces y salados.
3) Se ha comprobado que la toma de probióticos ayuda a reducir la aparición de diarrea por antibióticos y en caso de aparecer disminuye la duración de la misma[3].
4) Siga tomando probióticos durante unos días después de terminar el tratamiento con antibióticos[4].
5) Consulte a su médico inmediatamente en caso de presentar alguno de estos síntomas: sangre en las heces, fiebre mayor de 38,5ºC y más de 6 deposiciones al día.
Modo de empleo recomendado de los probióticos:
- En caso de aparición de diarrea durante el uso de antibióticos, tomar de forma concomitante el antibiótico prescrito por el médico y el probiótico (Lactobacillus rhamnosus) espaciando las tomas al menos 3-4 horas (NIH, 2016).
- Al finalizar el tratamiento antibiótico se recomienda la toma de probióticos para recuperar la flora intestinal y disminuir el riesgo de diarrea 3 al menos durante 2-4 semanas.
- Consulta a tu farmacéutico o médico sobre los probióticos más recomendados para tu salud intestinal.
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