Muchas veces optamos por las frituras para comer, cenar o acompañar algún plato porque la consideramos como una comida fácil de hacer y que gusta a niños y mayores, aunque sea un producto que de por sí tiene fama de poco saludable.
Y es que las altas temperaturas que alcanza el aceite en la fritura provocan la pérdida de nutrientes y el aumento del valor calórico de los alimentos. Por tanto, debemos moderar el consumo de alimentos fritos y aprender la forma correcta de llevar a cabo una fritura. De esta manera, la pérdida de la calidad nutritiva de los alimentos será mínima.
Os detallo algunos consejos básicos para realizar una fritura saludable:
- Utilizar aceite de oliva. Este el más adecuado para freír, porque su punto de humo es mayor que el de los otros aceites (soporta temperaturas más altas). Este es un dato muy relevante porque, si el aceite llega a quemarse, pueden producirse compuestos irritantes o tóxicos. Y como cada aceite tiene su propio punto de humo, es importante no mezclar diferentes tipos a la hora de freír.
- Es recomendable emplear abundante aceite durante la fritura: el alimento debe “nadar en aceite”, como suele decirse.
- Las frituras se hacen a temperaturas de entre 175º y 200ºC, evitando que el aceite humee (el aceite de oliva lo hace a 210ºC). Para lograr esa temperatura ideal, se debe calentar a fuego moderado, nunca a fuego vivo. Hay alimentos, como las verduras, que son más delicados y deben freírse a 160-165ºC.
- Debemos introducir el alimento en el aceite, sólo cuando éste alcance la temperatura indicada: si lo metemos un aceite demasiado frío, no se formará una costra en su superficie y el alimento se impregnará de grasa.
- Hay que procurar introducir los alimentos congelados en pequeñas porciones y en abundante aceite caliente, con el fin de que no descienda tanto su temperatura. Si rebozamos las carnes o pescados con harina o huevo, se formará una costra superficial que impedirá la salida de agua y sales minerales.
- Cuando el alimento esté cocido, debemos retirarlo cuidadosamente y colocarlo sobre una rejilla para que desprenda aceite o sobre papel absorbente. De esta manera, obtendremos un alimento frito más crujiente, sabroso y sano.
- Al acabar, es conveniente colar rápidamente el aceite para impedir que las pequeñas partículas de alimentos se queden en el líquido aún caliente y, a continuación, guardarlo en un recipiente opaco y cerrado.
- Es preferible no reutilizar muchas veces el aceite de fritura.
Teniendo en cuenta estas medidas seguro que las croquetas o fritos en general te saben mucho mejor, y a tu salud también.
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