Comer mejor no significa vivir toda la vida a dieta, ni tan siquiera significa vivir sufriendo, sin disfrutar o restringiendo grupos de alimentos. Sin embargo, creer que comer mejor es todo eso sí puede significar un fracaso antes de empezar.
Tanto si quieres cuidarte más como si quieres verte y sentirte mejor, lo importante es cambiar de hábitos, reeducar tu forma de hacer las cosas, descubrir que hay otras opciones y algunos consejos que pueden ayudarte a mantenerlas.
Lograr un cambio de hábitos efectivo
Para que tu objetivo de comer mejor se convierta en un cambio de hábitos efectivo y duradero es importante que tengas claro qué quieres y para qué lo quieres. Avanzar sin dirección, con excusas, auto-engaños o sin tener un motivo difícilmente te acercará a lo que quieres conseguir.
Para lograr lo que te propongas a lo largo de tu vida, sea lo que sea, vas a necesitar tener ese motivo que te impulse, que te ponga en marcha, que te mantenga en el camino y que dé significado a todos los pasos que darás para alcanzarlo. Además, no solo te servirá para conseguir lo que quieres, sino que te permitirá mantenerlo a lo largo del tiempo, algo realmente muy importante cuando hablamos de comer mejor, de tener hábitos más saludables, de gestionar nuestras emociones…
Tener ese motivo hará que “tu saboteador” (o diálogo interno) no te machaque con dudas, hará que te tomes esto como un aprendizaje en el que ir adquiriendo nuevas herramientas y no como una batalla que ganar o perder; te sostendrá en los momentos bajos, te potenciará en los momentos buenos, evitará que tengas que justificarte ante los demás cuando te pregunten sobre tu cambio de hábitos y lo mejor de todo… ¡Te enganchará y retará al máximo!
No pretendas poner tu vida del revés de hoy para mañana, eso no solo es imposible sino también muy frustrante y agotador. Procura introducir pequeños cambios, poco a poco, para lograr adaptarte a ellos e incorporarlos a tu rutina hasta asumirlos como habituales. De esta forma conseguirás mejorarlos, conseguirás incluir otros cambios que poder poner en práctica. ¿Cuánto tiempo llevas comiendo de cualquier forma? ¿Cuánto peso has ganado en los últimos 15 años? Seguro que la respuesta a las dos preguntas es parecida a “mucho” o “demasiado”. Entonces, ¿de qué sirven ahora las prisas, la culpabilidad o la preocupación? Ocúpate ahora y hazlo paso a paso. Empezar a comer mejor significa adquirir un nuevo estilo de vida y hacerlo tuyo requiere de decisión para dar el primer paso, perseverancia para mantenerlo y paciencia hasta darte cuenta de que lo has logrado.
Primeros pasos para comer mejor
¿Mejorar pequeños detalles del día a día para conseguir tu objetivo? En efecto, y no solo es posible, sino que te permitirá descubrir otra forma de comprar, cocinar y disfrutar comiendo mientras que, sin gran esfuerzo, ya habrás empezado a comer mejor. ¡Toma nota, toca comer mejor!
- Cambia tus cereales refinados por integrales para aprovechar toda la fibra y los micronutrientes del grano entero. Pasta, arroz, pan, harina… Olvida los cereales “de dieta” llenos de azúcar y lánzate a descubrir los copos de avena integrales o de maíz, atrévete a hacer tu propio pan o disfruta de platos de pasta más saciantes. Actualmente ya es posible encontrar opciones 100% integrales con buena relación calidad/precio en los supermercados habituales.
- Lee las etiquetas y huye de todo aquello que prometa algo: los 0%, edulcorados, light, casero, puro, natural y etc no tienen por qué ser sanos. Si quieres tomar un buen yogur procura que lleve solo leche y fermento lácteo, si quieres asegurarte de comprar un integral de verdad busca la etiqueta que contenga entre un 70 y un 100% de harina integral y no harina común con salvado añadido, si quieres chocolate puro no lo compres 52% y opta por el 70% mínimo para empezar, etc.
- Consume más producto fresco y de temporada; esto es, ve más al mercado y menos al supermercado. La mayoría de alimentos que debes fomentar no necesitan envases así que, al llenar la cesta de la compra, procura que la mayor parte de la misma sea a base de fruta y verdura y no de alimentos envasados (aunque hay algunos envasados/procesados interesantes: conservas vegetales o de legumbres, de pescado, cremas de frutos secos, etc).
- Destierra productos como las carnes procesadas, la comida envasada, los aperitivos salados, la bollería (las galletas también son bollería, por muy integrales o de avena que sean), los zumos y las bebidas azucaradas para reeducar tu paladar e invertir en salud (eludiendo este tipo de productos ya estás eliminando gran cantidad de grasas saturadas, sal, azúcares y otros potenciadores del sabor que ni sabes que consumes).
- Dale el cambiazo a la mantequilla, la nata y las salsas muy cremosas optando por otras opciones más sanas y verdaderamente deliciosas: aguacate, yogur natural, cremas de frutos secos, aceite de oliva virgen extra, aliños o vinagretas con especias…
- Come más legumbres y hazlo de forma divertida, ¿por qué no? Añadidas en cremas, como base para una ensalada, en patés tipo hummus (para “dippear” o untar), etc.
- Añade menos sal a tus platos gracias al uso de especias, hierbas aromáticas, cítricos… Asimismo, consume menos azúcar (esto incluye: panela, miel, melaza, azúcar integral de caña) y edulcorantes gracias a la adición de canela, purés de frutas (plátano maduro, por ejemplo), frutas desecadas (pasas, dátiles)…
- Deja de comer sin hambre o de comer por comer, aunque hay personas que necesitan realizar 5 comidas al día, otras sienten mayor ansiedad al hacerlo o las hacen sin tener apetito. ¡Hay que personalizar! Adáptate a tus necesidades o apetencia diaria.
- Olvídate del estante secreto de las porquerías o los caprichos y ten siempre disponible una oferta saludable de alimentos. Aunque te parezca mentira, consumimos lo que más a mano tenemos.
- ¿Puedes hacerlo más bonito? Entonces, hazlo. Hay muchas formas de hacer más apetecible un plato saludable y, sin lugar a dudas, están al alcance de todos: desde presentar el plato de otra forma, hasta utilizar una vajilla más alegre o darle tu toque personal a la preparación… ¿Se te ocurre alguna idea más?
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