Dentro de las frutas que nos ofrece el verano, una de mis favoritas es la ciruela, tanto por su sabor dulce como por sus innumerables propiedades y beneficios para la salud.
Por un lado, trata de una fruta que aporta mucha agua con lo que nos sirve para refrescarnos y reponer los líquidos que perdemos con las altas temperaturas.
Por otro, las ciruelas son conocidas por aportar bastante fibra y por ello, es una de las frutas que más se recomiendan para favorecer el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento que muchas veces ocasionan los cambios de hábitos estivales.
Además de la fibra y el agua contiene sorbitol, un compuesto al que se le atribuye cierto efecto laxante.
Su contenido en vitamina C, constituye un antioxidante que además, ayuda a reforzar el sistema inmunitario, evitando resfriados por ejemplo, con los cambios de temperatura y aires acondicionados.
La ciruela contiene vitamina K, que ayuda a mejorar la coagulación de la sangre y vitamina E, antioxidante con efectos beneficiosos para la piel, por ejemplo.
Uno de los minerales más importantes que contiene es el potasio, que colabora en la prevención de enfermedades del sistema nervioso.
Se trata por tanto de una fruta que además de ser jugosa y deliciosa, constituye una fuente de vitaminas, minerales y fibras que no debe faltar en nuestra dieta estival.
Fotos: Pixabay
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