La sandía es una de las frutas más refrescantes que podemos consumir en verano.
Se trata de una fruta que posee un alto contenido en agua por lo que es ideal incluirla en nuestra dieta durante las épocas más calurosas.
La sandía, además de calmar la sed, está recomendada en dietas de adelgazamiento por su escaso valor calórico, sus propiedades depurativas y su efecto saciante.
Está también indicada en caso de problemas renales y de las vías urinarias.
Contiene vitaminas A y C y minerales como el potasio, magnesio, hierro o fósforo.
Además, es rica en ácido fólico y betacaroteno, lo que la convierte en un alimento ideal durante el embarazo, y licopeno, un antioxidante presente también en el tomate.
Por si esto fuera poco, la sandía tiene propiedades depurativas y ayuda a limpiar los intestinos y favorecer así el correcto funcionamiento del aparato digestivo.
Así que no tenemos excusa para no incluir la sandía en nuestra dieta habitual ¿no os parece?
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