Muchas veces ponemos el foco en elegir los alimentos, pero, no nos fijamos en que también, es importante la forma en la que los cocinemos.
Una de las técnicas más recomendadas es cocinar al vapor.
Se trata de una técnica que hemos copiado de la cocina oriental y que nos garantiza una mayor conservación de los nutrientes que otras.
La técnica es bastante sencilla: los alimentos se cocinan dentro de un recipiente sin estar en contacto con grasas ni tan siquiera con el agua, únicamente con el vapor generado por esta o por el propio jugo de los alimentos.
Antes de hacer entrar el agua en ebullición podemos añadir vino, hierbas aromáticas o caldo para darle más sabor.
Las vitaminas y nutrientes se garantizan gracias a que se cocina de forma lenta y el alimento se va haciendo poco a poco.
Pero cocinar al vapor tiene otras muchas ventajas:
1.- Se conserva el sabor de los alimentos. Al no entrar en contacto con grasas ni otros alimentos, el verdadero sabor de los alimentos queda resaltado.
2.- El aporte calórico del alimento es menor. No le añadimos nada extra, ni grasas ni otras fuentes calóricas extras.
3.- Es barato. Cocinar al vapor es relativamente sencillo y no necesitamos gastar demasiado. Si bien es verdad que cada vez se lanzan al mercado más electrodomésticos que nos pueden ayudar, se puede cocinar de forma asequible.
4.- Las digestiones son más fáciles. Por un lado, no se pierde la fibra de los alimentos como con otras técnicas. Por otro, comemos los alimentos de forma más sana, sin aditivos y ello, repercute a la hora de hacer la digestión.
Algunos de los alimentos ideales para cocinar al vapor son las verduras (que quedan sabrosas y con colores más vivos), el pescado o marisco (que también ve realzado su sabor y a cuya cocción se pueden añadir verduras), y algunas carnes blancas como el pollo o el pavo.
Como veis, se trata de una técnica que además de ser sencilla, puede proporcionar muchos beneficios a nuestra salud.
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