El agua, la joya de tu dieta

Todos hemos oído que la mayor parte de nuestro cuerpo está formado por agua; y es cierto, concretamente un hombre de unos 70 kg de peso tiene 42 litros de agua corporal. En el caso del lactante, el 80% de su cuerpo está formado por agua. Este elemento es fundamental para la vida porque participa de forma directa en numerosas funciones para el organismo como el control de la temperatura, el transporte de nutrientes a células, la eliminación de sustancias de desecho, lubricación de articulaciones como la rodilla, regulación de electrolitos en sangre, etc.

Por otro lado, un consumo adecuado de agua ayuda a prevenir el estreñimiento y a normalizar el tránsito intestinal. El consumo recomendado es de un litro a dos litros de agua al día, aunque hay circunstancias que incrementan las necesidades de líquidos del organismo como el estrés, la actividad y el ejercicio físico, el aumento de la temperatura ambiental, la fiebre, las pérdidas de líquidos por vómitos y/o diarreas, la diabetes descompensada, las quemaduras, etc.

Para conseguir ingerir este preciado nutriente podemos incorporarlo a través de múltiples fuentes. El agua total ingerida procede de los alimentos (aproximadamente el 28%), del agua bebida (28%) y el 44% restante de otras bebidas. Es decir, aproximadamente, el 20-30% del agua procedería de los alimentos y el 70-80% restante de diferentes líquidos.Hidratación

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria elaboró en 2008 un decálogo para la hidratación saludable que a continuación os cito:

  1. Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
  2. Elegir el agua preferentemente al resto de bebidas, y a ser posible agua con un adecuado contenido en sales minerales.
  3. Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
  4. No esperar a tener sensación de sed para beber. Disponer de agua u otro líquido a mano.
  5. Mantener las bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos.
  6. Niños y ancianos son colectivos que presentan mayor riesgo de deshidratación.
  7. Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida.
  8. Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.
  9. Si está vigilando la ingesta calórica o el peso consuma siempre agua y bebidas bajas en calorías.
  10. Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación.

(1 ración = 200 a 250 ml).

Hay múltiples referencias científicas sobre las propiedades y beneficios del agua, os paso a modo de ejemplo este artículo de la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética).

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