Os comentaba en algún post anterior que es recomendable realizar cinco comidas al día. De este modo tendremos menos apetito, comeremos menos cantidad y por lo tanto ingeriremos menos calorías y grasas, si bien a la vez nuestro cuerpo tendrá la energía suficiente para rendir física e intelectualmente.
En otra entrada comentábamos cómo debería de ser un desayuno, que significa el 25% de la ingesta calórica que debemos hacer cada día. Hoy os daré algunas pautas para que la comida de media mañana y la merienda supongan entre los dos entre el 25% ó 30%.
Los pequeños tentempiés de media mañana, hacia las 11.00, y de la tarde, hacia las 18.00, evitarán que lleguemos con hambre a la hora de comer o cenar, que piquemos entre horas o que comamos más cantidad de la necesaria. Sin embargo, tampoco deben ser excesivos para mantener el apetito en la comida y en la cena.
Los alimentos que puedes tomar en estas dos comidas son intercambiables y puedes tomarlos tanto a media mañana como a media tarde. Puedes almorzar y/o merendar con fruta fresca de temporada (manzanas, fresas…), añadir frutos secos (un puñado de nueces, almendras o cacahuetes), galletas integrales, alguna infusión como el té e incluso optar por algún lácteo desnatado. De todos estos grupos de alimentos que te he aconsejado, con dos que elijas en el almuerzo o merienda es suficiente.
Pero si alguna vez tienes más apetito, puedes reforzar ese momento con algún alimento más proteico pero igualmente saludable, como por ejemplo, pan integral con aceite de oliva o un bocadillo de jamón ibérico.
Lo importante es no llegar a la comida o a la cena con hambre y ansiedad. Así, evitarás el picoteo poco sano y la ingesta de comidas más pesadas y calóricas
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